Material Asamblea 2010 P.D.M

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La Lectio Divina Dominical Domingo 14 de Septiembre de 2014 Domingo XXIV del Tiempo Ordinario -

La Lectio Divina Dominical   Domingo 14 de Septiembre de 2014  Domingo XXIV del Tiempo Ordinario -
TEXTO BIBLICO Mateo 18, 21 - 35 Dale click en la imagen

miércoles, 28 de agosto de 2013

LECTIO DIVINA 22do. Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C

Invocación al Espíritu Santo:
Señor Dios, estamos abriendo las Sagradas Escrituras, queremos pedir que venga el Santo Espíritu. Ven 
Señor Dios Padre, ven Señor Dios Hijo, ven Espíritu Santo quédense con nosotros. Para que entendamos 
hoy lo que Tú nos quieres decir a nosotros en nuestra vida. Espíritu Santo, tú que eres quien nos invita a 
orar, ven en nuestra ayuda, ven y abre nuestra mente y corazón para poder realizar lo que nos quieres 
decir, y quédate en cada uno de nosotros. Señor que no seamos sordos a tu Palabra y que aprendamos 
el arte de la oración.

Amén




TEXTO BIBLICO: Lucas 14, 1.7-14
«Quien se enlaltece será humillado»


14,1: Un sábado que entró a comer en casa de un jefe de fariseos, ellos lo vigilaban.
14,7: Observando cómo elegían los puestos de honor, dijo a los invitados la siguiente parábola:
14,8: —Cuando alguien te invite a una boda, no ocupes el primer puesto; no sea que haya otro invitado 
más importante que tú 14,9: y el que los invitó a los dos vaya a decirte que le cedas el puesto al otro. 
Entonces, lleno de vergüenza, tendrás que ocupar el último puesto.
14,10: Cuando te inviten, ve y ocupa el último puesto. Así, cuando llegue el que te invitó, te dirá: 
Amigo, acércate más. Y quedarás honrado en presencia de todos los invitados.
14,11: Porque quien se engrandece será humillado, y quien se humilla será engrandecido.
14,12: Al que lo había invitado le dijo:
—Cuando ofrezcas una comida o una cena, no invites a tus amigos o hermanos o parientes o a los 
vecinos ricos; porque ellos a su vez te invitarán y quedarás pagado.
14,13: Cuando des un banquete, invita a pobres, mancos, cojos y ciegos. 14,14: Dichoso tú, porque 
ellos no pueden pagarte; pero te pagarán cuando resuciten los justos.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio bíblico del texto.
Sir 3:17-18, 20, 28-29; Lc 14:1, 7-14
El tema de la primera lectura y del evangelio es la “humildad.” Todos tenemos nociones sobre la 
humildad, pero la Biblia, la Palabra inspirada de Dios, nos muestra que lo que concebimos suele ser sólo 
la punta del témpano, y que al entrar en lo profundo del mundo bíblico descubrimos una serie de 
arroyos conectados entre sí que nos conducen lejos en lo que es la revelación de Dios. De hecho, la 
Constitución sobre la divina revelación del Concilio Vaticano II nos habla de la revelación de Dios, que se 
nos transmite por la sagrada Escritura y por la Sagrada Tradición, como algo que ‘fluye de la misma 
fuente’ (Dei Verbum no. 9).
Una de las cosas más ciertas que sabemos que Jesús dijo es que: ‘quien se humilla será levantado’ (yo 
prefiero traducir así, en vez usar “enaltecido,” por razones que pronto veremos). La palabra “humilde,” y 
el verbo “ser humillado,” son muy importantes en la Biblia. En hebreo, la raíz quiere decir “estar 
agachado,” como ‘abajado hasta el suelo’, de modo que corresponde bien a la palabra “humilde,” que 
viene de palabras latinas que significan ‘no lejos de la tierra’. De esta raíz viene el significado espiritual o 
ético: en la Biblia, la palabra “humilde” en el sentido de “manso” se aplica a Moisés (‘el hombre más 
manso de la tierra’, Nm 12:3); también se aplica al rey humilde que monta sobre un asno y que así entra 
a Jerusalén en Za 9:9. En el sentido de “afligido” se usa para el ‘Siervo sufriente’ en el Sal 22:25 y en Is 
53:7. Esto es lo que quiso decir Jesús cuando dijo que Él era ‘manso y humilde de corazón’ en Mt 11:29. 
Esta ‘humildad’ aquí es la misma que se aplica María a sí misma en el Magnificat, usando la misma raíz 
(Lc 1:48, 52; y Sir 3:20 en la primera lectura). Esto también es lo que Pablo dice de Jesús en Flp 2:8, de 
nuevo usando la misma raíz: Cristo “se abajó a sí mismo” hasta el punto de la muerte de cruz. 
Es cierto que Jesús dijo que ‘el que se humilla será levantado’. Jesús habló en arameo, y en ese idioma 
“ser levantado” tiene un doble-sentido: quiere decir tanto “ser enaltecido” como “ser crucificado.” Jesús 
dijo varias veces que el Hijo del hombre ‘tenía que ser levantado’, como Moisés levantó la serpiente en 
el desierto, Jn 3:14; cuando Jesús sea levantado, será revelado como “Yo Soy,” el Nombre de Dios en Ex 
3:14 (Jn 8:28). Finalmente, en Jn 12:32-33 se nos dice explícitamente que ‘ser levantado’ se refiere al 
género de muerte de Jesús, en la cruz. Fue tal “humildad” que dio lugar a la gran exaltación de Jesús, 
como dice Pablo en Flp 2:9. 
Preguntémonos para reconstruir el texto:
1. ¿Qué día de la semana entró Jesús en la casa de quién? ¿Cuál era la invitación?
2. ¿Qué es lo que observa Jesús?
3. ¿Qué les dice a los invitados? ¿A qué los invita?
4. ¿Qué significa ocupar los últimos puestos?
5. ¿Por qué explica Jesús que para ser enaltecido hay que humillarse primero?
6. Cuando des un banquete o bien ofrezcas algo a alguien ¿A quién debes invitar? ¿Por qué?
MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto?
Este es otro texto clave del evangelista Lucas. Debemos hacernos unas preguntas para profundizar en 
nuestra vida estas palabras de Salvación:
1. ¿Nos gustan los puestos de honor? ¿Nos gusta que nos elogien? ¿Qué sucede en la vida 
con estas actitudes?
2. Cuando nosotros vamos a algún lugar ¿nos gusta llamar la atención? ¿Nos gusta sentirnos 
reconocidos por importancias vanales?
3. Nuestra actitud con respecto al modo de vestir, de andar, de presentarnos. ¿es coherente 
con el Evangelio de este domingo?
4. Hasta donde yo busco siempre ocupar los primeros puestos. No sólo en la sociedad sino 
en todos los momentos en que yo me dirijo con mis actitudes en el mundo. 
5. ¿Qué significa en tu vida ser humilde, buscar los puestos más sencillos, más “abajo”? 
¿Estás consiente que el Señor está pidiéndote esto?
6. El mundo “se pasó de rosca” dirá el papa Francisco. El mundo nos presenta otra forma de 
ser felices. ¿Cuál forma prefieres tú, la que te presenta el mundo, o la que te presenta 
nuestro Señor Jesús?
7. Queremos reflexionar sobre la humildad a la que nos invita Jesús. ¿Es tu modo de ser así?
8. Finalmente el texto nos invita a que nuestras obras sean en bien de aquellos que no 
puedan devolvernos nuestros servicios. El invitar a los banquetes a los más pobres. ¿Te 
examinas de verdad en tu vida sobre las obras de caridad que realizas?
ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. 
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:
1. Gracias Señor por tu Palabra Salvadora. Gracias por que siempre me estás advirtiendo 
cómo debe ser mi vida.
2. Quiero pedirte perdón Señor porque en tantas oportunidades me dejo llevar por este 
mundo. Me dejo influenciar de tal manera que el ser cristiano muchas veces es para mí un 
barniz superficial. Lo que está en mi interior es mi orgullo y vanidad. Perdón Señor
3. Quiero imitarte, quiero seguirte dame fuerzas muéstrame el camino.
Podemos terminar nuestro momento de oración con el Himno cristológico de Pablo a los Filipenses:
2,3: No hagan nada por ambición o vanagloria, antes con humildad estimen a los otros como 
superiores a ustedes mismos.
2,4: Nadie busque su interés, sino el de los demás.
2,5: Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús,
2,6: quien, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de ser igual a Dios;
2,7: sino que se vació de sí
y tomó la condición de esclavo,
haciéndose semejante a los hombres.
Y mostrándose en figura humana
2,8: se humilló,
se hizo obediente hasta la muerte,
y una muerte en cruz.
2,9: Por eso Dios lo exaltó y le concedió un nombre superior a todo nombre,
2,10: para que, ante el nombre de Jesús,
toda rodilla se doble,
en el cielo, la tierra y el abismo;
2,11: y toda lengua confiese:
¡Jesucristo es Señor!, para gloria de Dios Padre.
AMÉNEN 
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo central del Evangelio 
para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
14,11: Porque quien se engrandece será humillado, y quien se humilla será engrandecido.
Y de esta forma nos ponemos en contemplación solicitando al Señor la posibilidad de ser humildes.
ACCION: ¿A qué me comprometo?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, me propongo hacer un verdadero análisis de conciencia. Así descubrir en qué momentos 
estoy viviendo el Evangelio con la humildad del servicio, y en qué momentos me dejo llevar por el 
mundo. Y para esto realizar alguna actividad que tenga que ver con el recuerdo de la humildad. Por 
ejemplo ayudar en la limpieza de alguna persona que lo necesite, hacer un acto de caridad y de 
desprendimiento, que se sienta y que me ayude a ser humilde.
En el grupo proponerse una actividad de compromiso de humildad. Por ejemplo tomando la iniciativa de 
hacer algo por la comunidad, como ayudar en el orden, en la limpieza, en el arreglo. Actividades 

humildes, que nos muestren que nosotros estamos al servicio de la comunidad completa.

martes, 20 de agosto de 2013

LECTIO DIVINA 21ro. Domingo del Tiempo Ordinario CicClo C


TEXTO BIBLICO: Lucas 13, 22-30 
«Vendrán de todas partes a la mesa del Reino» 


13,22: Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos mientras se dirigía a Jerusalén. 13,23: Uno le preguntó: —Señor, ¿son pocos los que se salvan? Les contestó: 13,24: —Procuren entrar por la puerta estrecha, porque les digo que muchos intentarán entrar y no podrán. 13,25: Apenas se levante el dueño de casa y cierre la puerta, ustedes desde afuera se pondrán a golpear diciendo: Señor, ábrenos. Él les contestará: No sé de dónde son ustedes. 13,26: Entonces dirán: Hemos comido y bebido contigo, en nuestras calles enseñaste. 13,27: Él responderá: les digo que no sé de dónde son ustedes. Apártense de mí, malhechores. 13,28: Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando vean a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, mientras ustedes sean expulsados. 13,29: Vendrán de oriente y occidente, del norte y el sur, y se sentarán a la mesa en el reino del Señor. 13,30: Porque, hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio bíblico del texto
Is 66:18-21; Lc 13:22-30
El domingo pasado vimos el tema del fuego, del juicio, y tampoco éste está ausente hoy. La primera lectura viene de la parte final de Isaías, que también habla mucho del fuego del juicio (“con fuego Yahveh va a juzgar,” Is 66:16). Los últimos versos son de gran esperanza, pero parece que de un modo inusual: se promete grandes cosas, inauditas, a ¡los paganos! Ya toda la segunda parte del Libro de Isaías “incluía” a los paganos, a los habitantes de las islas remotas, porque el Siervo era puesto como luz de los paganos (“las naciones”), para que la salvación de Dios llegara hasta el fin de la tierra, Is 49:6. En la primera parte del “Tercer Isaías,” en Is 56:1-8, se “incluía” a eunucos y a extranjeros en la asamblea de Dios, algo prohibido por Dt 23:2-7. Ahora en la última parte de este “Tercer Isaías” (Is 56-66), el mensaje divino, el conocimiento del Dios verdadero, será llevado por fin “a todas las naciones y lenguas,” a las islas más remotas. Pero la cosa no acaba ahí: “también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas, dice Yahveh.” Cosa extraordinaria. El sacerdocio en Israel se había cerrado más y más, hasta reducirse en el exilio babilónico a los solos “hijos de Sadoq” (ver Ez 44:15), los futuros Saduceos del Nuevo Testamento. ¡Aquí se extiende a extranjeros! Si bien, un “copista judío nervioso” añadió el verso 20 para darle otro sentido al papel de los paganos: éstos serían sólo “mulas,” cargadores, de los israelitas que regresan del exilio. Pero no tiene sentido decir que Yahveh tomará, o seguirá tomando, “para sacerdotes y levitas” de los que ya lo eran, o de sus descendientes. No, la gran novedad es esta asombrosa apertura del profeta a los paganos, a los que no conocían el nombre de Yahveh que ahora les será manifestado. Esto viene a constituir “cielos nuevos y tierra nueva.” Pero habrá fuego para “aquellos que se rebelaron contra mí,” Is 66:24, lo que hace un “sujetalibros” o “inclusión” con la primera parte (Is 1:2, “Oíd, cielos, escucha, tierra, que habla Yahveh; ‘Hijos crié y saqué adelante, y ellos se rebelaron contra mí’”).

El pasaje de Isaías resuena mucho en el evangelio. Jesús había predicado a Israel y había sido mayormente rechazado; ver Lc 10:13-16. Compara desfavorablemente a las ciudades judías (Corazin, Betsaida) con las paganas (Tiro y Sidón), diciendo que si los milagros que hizo en las judías las hubiera hecho en las paganas, éstas se habrían convertido, y les iría mejor en el juicio. En nuestra lectura del evangelio, se habla de un gran banquete “inclusivo” (‘del este y del oeste, del norte y del sur’) del cual serán excluidos los malhechores aunque sean judíos. ¡Qué ironía será que los “hijos de Abraham” ( los que dependen sólo de la descendencia carnal, ver Jn 1:13; 8:39; Rm 9:6-8) no podrán sentarse en la mesa del banquete con Abraham, Isaac y Jacob! Pero esto no es para sentirse seguros frente a nadie, ya que la puerta para todos es estrecha; hay que tomar en serio lo que dice Pablo en Rm 11:16-24.
Nos preguntamos para reconstruir y recordar el texto:
¿Por dónde iba Jesús? ¿Quién se le acercó? ¿Qué le preguntó a Jesús? Jesús responde con tres movimientos: ¿los recuerdas? ¿Qué será la puerta estrecha? ¿Qué sucederá con aquellos que han compartido las enseñanzas de Jesús y no han cumplido? ¿Quiénes vendrán a entrar entonces en el Reino de los Cielos?
MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto?
Es importante ante estos texto bíblicos que nos hagamos unas preguntas personales.
1. ¿Hasta qué punto yo estoy interesado en la salvación? El concepto “salvación” ¿entra dentro de los planes de mi vida?
2. Cuando yo realizo las cosas cotidianas de la vida, estudio, trabajo, vida en mi hogar, mis amigos, mis relaciones personales, etc. ¿Estas cosas las hago todas en orden al fin último de mi vida que es mi salvación?
3. En la administración de mi tiempo ¿Qué cosas ocupan más los días normales de mi vida? ¿A qué le dedico más tiempo? A lo pasajero, a lo mundano, o a las cosas más importantes, que me hacen crecer más como persona, como hijo de Dios.
4. ¿También puedo hacerme la pregunta sobre cuántos son los que se salvarán? ¿Me llama la atención en mi vida? ¿Qué hago entonces para poder descubrir lo que aún me falta para llevar una vida coherente con el mensaje de salvación del Señor?
5. ¿Qué significaría para mí pasar por la puerta estrecha, hoy, en mi vida?
6. Me doy cuenta que Dios en su infinita misericordia quiere invitarme a formar parte del pueblo de la Salvación ¿Qué hago para merecerlo y continuar este camino?

ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor?
Hacemos un momento de silencio para responderle al Señor que nos ha hablado primero.
Qué hay en tu corazón para conversar con el Señor sobre este tema tan importante, se trata tal vez de lo más importante: Tu propia salvación.
Dile al Señor lo que brote de tu corazón, dale gracias, pídele perdón, vuelve a incorporarte en el pueblo de la salvación y junto a toda la Iglesia, recita el salmo 116
116,1: Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante, 116,2: porque tiende su oído hacia mí en cuando lo invoco. 116,3: Me apretaban las redes de la muerte, me alcanzaban los tormentos del Abismo, preso de angustia y de congoja, 116,4: invoqué el Nombre del Señor: ¡Por favor, Señor, salva mi vida! 116,5: El Señor es clemente y justo, nuestro Dios es compasivo. 116,6: El Señor guarda a los sencillos: estaba yo agotado y me salvó. 116,7: ¡Alma mía, recobra la calma, que el Señor fue bueno contigo! 116,8: Arrancó mi vida de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída. 116,9: Caminaré en presencia del Señor en la tierra de los vivientes. 116,10: Tengo fe, aun cuando dije: ¡Qué desgraciado soy!; 116,11: aunque dije espantado: Los humanos son mentirosos. 116,12: ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? 116,13: Alzaré la copa de la salvación invocando el Nombre del Señor. 116,14: Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. 116,15: Costosa es a los ojos del Señor la muerte de sus amigos. 116,16: ¡Por favor, Señor, que soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava, rompe mis cadenas! 116,17: Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando el Nombre del Señor. 116,18: Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo, 116,19: en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén. ¡Aleluya!
Amén
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto?
Para el momento de Contemplación te propongo que revises tu vida a la luz de un versículo bíblico que te haya llamado la atención de este texto. Y lo repitas constantemente:
13,30: Porque, hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.
Llévalo a tu corazón con insistencia para que recuerdes que estás llamado desde los últimos, porque el Señor te invita a que seas de los primeros. Lo haces con actitud agradecida.


ACCION: ¿A qué me comprometo?
Nuestro compromiso con el Señor debe llevarnos a una vida transformada. Queremos entrar por la puerta estrecha…. ¿Qué debemos cambiar en nuestra vida para entrar por esta puerta estrecha? Piensa, y prepara un listado de cosas que crees que te impiden pasar por esta puerta estrecha. Luego preséntalo al Señor y pídele que te limpie, que te purifique de estas cosas. Si crees que es necesario puedes recurrir también al sacramento de la reconciliación.
Si estás con tu grupo de amigos puedes hacer un listado de todo lo que en la sociedad nos impide pasar por la puerta estrecha. Y poner este listado en un cartel que vea la comunidad. También poner al lado acciones que pueden cambiar estas actitudes que nos impiden pasar por la puerta estrecha y formas de mejorar.

martes, 6 de agosto de 2013

Lectio Divina 19no. Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C

 TEXTO BIBLICO: Lucas 12, 32-48

Invocación al Espíritu Santo:
Señor Dios, estamos abriendo las Sagradas Escrituras, queremos pedir que venga el Santo Espíritu. Ven
Señor, ven Espíritu Santo quédense con nosotros. Para que entendamos hoy lo que Tú nos quieres decir
a nosotros en nuestra vida. Espíritu Santo, tú que eres quien nos invita a orar, ven en nuestra ayuda, ven
y abre nuestra mente y corazón para poder realizar lo que nos quieres decir, y quédate en cada uno de
nosotros. Señor que no seamos sordos a tu Palabra y que aprendamos el arte de la oración.

Amén

«Dichoso el sirviente que se encuentre preparado»
12,32: No temas, pequeño rebaño, que el Padre de ustedes ha decidido darles el reino.
12,33: Vendan sus bienes y den limosna. Consigan bolsas que no se rompan, un tesoro inagotable en el
cielo, donde los ladrones no llegan ni los roe la polilla. 12,34: Porque donde está el tesoro de ustedes,
allí también estará su corazón.
12,35: Tengan la ropa puesta y las lámparas encendidas. 12,36: Sean como aquellos que esperan que el
amo vuelva de una boda, para abrirle en cuanto llegue y llame. 12,37: Dichosos los sirvientes a quienes
el amo, al llegar, los encuentre despiertos: les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará
sentarse a la mesa y les irá sirviendo. 12,38: Y si llega a media noche o de madrugada y los encuentra así,
dichosos ellos.
12,39: Entiendan bien esto, si el dueño de casa supiera a qué hora iba a llegar el ladrón, no le dejaría
abrir un boquete en su casa. 12,40: Ustedes también estén preparados, porque cuando menos lo
piensen llegará el Hijo del Hombre.
12,41: Pedro le preguntó:
—Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos? 12,42: El Señor contestó:
—¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su personal, para que
les reparta las raciones de comida a su tiempo? 12,43: Dichoso aquel sirviente a quien su señor, al llegar,
lo encuentre actuando así. 12,44: Les aseguro que le encomendará administrar todos sus bienes.
12,45: Pero si aquel sirviente, pensando que su señor tarda en llegar, se pone a pegar a los muchachos
y muchachas, a comer y beber y emborracharse, 12,46: llegará el señor de aquel sirviente el día y la hora
menos esperados lo castigará y lo tratará como a los traidores.
12,47: Aquel sirviente que, conociendo la voluntad de su señor, no prepara las cosas ni cumple lo
mandado, recibirá un castigo severo; 12,48: pero aquel que sin saberlo, cometa acciones dignas de
castigo, será castigado con menos severidad. A quien mucho se le dio mucho se le pedirá; a quien
mucho se le confió mucho más se le exigirá.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio bíblico del texto
Sb 18:6-9; Lc 12:32-48
Podemos pensar que la relación entre la primera lectura y el evangelio está en el tema de velar
con confianza, esperando en las promesas de Dios. El Libro de la Sabiduría contiene una gran reflexión
sobre la Pascua, es decir, la salvación del pueblo de Dios de la esclavitud en Egipto, lo que constituye la
mitad del libro. Israel se diferenciaba de los egipcios; conocía al verdadero Dios, y estaba en la luz,
mientras que la oscuridad cubría lo demás de la tierra de Egipto: “solo sobre ellos se extendía pesada
noche, imagen de las tinieblas que les esperaban recibir. Aunque ellos a sí mismos se eran más pesados
que las tinieblas,” Sb 17:21. Y los israelitas esperaban la salvación y en secreto ofrecían sacrificios, y así
cumplían la ley.
Cristo en el evangelio nos pide que velemos, después de amonestarnos a no tener miedo,
porque el Padre se ha complacido en darnos ¡el Reino! Debemos acumular tesoros en el cielo, tesoros
de buenas obras y especialmente de limosnas, tesoros que estarán seguros del robo y de la polilla.
Debemos de mantener seguro nuestro corazón, donde el tesoro de buscar el Reino y su justicia está,
preparados para el regreso del Señor, cuya hora no se sabe. Seamos como José en el Libro del Génesis,
que siendo fiel en el exilio de Egipto y resistiendo a todas las tentaciones, fue elevado a ser el número
dos del reino, distribuyendo comida a todos como señor y dueño. No nos dejemos llevar por la tentación
o por el fastidio, el aburrimiento, comenzando a emborracharnos y a golpear a los demás con nuestras
palabras o con nuestros puños; la palabra orgía parece venir de la misma raíz que ira (en griego orguē).
La borrachera da lugar a la ira (Si 31:30) y a toda clase de desenfreno (Rm 3:13; Ga 5:21), y nos hace
perder el sentido de espera de la venida del Señor, que puede ser en cualquier momento.
“¡Hay que poner atención!” El Señor es nuestro amigo. Los amigos piensan el uno en el otro, y
no se desatienden el uno del otro. Hablando de los pecados involuntarios, Santo Tomás enseña que
éstos lastiman el corazón de nuestro Señor, y que no vale decir “me descuidé, lo siento,” pues el dolor
del amigo no disminuye porque digamos “no estaba poniendo atención,” ya que es precisamente eso lo
que hiere. Dejamos de ponerle atención a Dios cuando estamos absorbidos por nosotros mismos, como
el rico del domingo pasado. Luego el amigo de Dios, el siervo fiel, podrá entrar al gran banquete de gozo
de salvación cuando regrese su Señor esperado.
Preguntas para recordar y reconstruir el texto?
1. ¿Cuál es la relación entre la Primera Lectura y el Evangelio? Por cierto ¿Que citas son?
2. ¿Qué es lo que contiene el libro de Sabiduría?
3. ¿En que se diferenciaba Israel de Egipto?
4. ¿Qué nos dice Jesús en el Evangelio?
5. ¿Donde se encuentra el Reino y su justicia?
6. ¿Qué se narra de José? Y ¿En que libro?
7. ¿Qué es lo que dijo Santo Tomás?
MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto?
Podemos hacernos unas preguntas para reflexionar en nuestra propia vida con este texto:
1. ¿Dónde está nuestro tesoro en verdad? ¿A dónde hemos depositado nuestra confianza?
2. ¿Cómo llevo mi vida con respecto a los bienes? ¿Las cosas que yo tengo están al servicio
del Reino de Dios? ¿Soy generoso con lo que tengo?
3. El Señor dice “donde está tu tesoro allí está tu corazón” ¿Dónde está mi tesoro y mi
corazón? ¿Sería importante replantearme este tema?
4. ¿Qué significa estar a la espera de la llegada del Señor? ¿Estoy preparado? ¿Tengo la
ropa puesta y la lámpara encendida?
5. ¿Eres tú un administrador fiel y prudente? ¿Qué significará esto en tu vida?
6. ¿Hasta qué punto, tu vida es coherente o llevas una vida disipada? ¿Entiendes lo que
pasará si no prestas atención a las palabras del Señor?
7. Embriagarse, no sólo de alcohol, sino llevar una vida sin sentido, olvidándose de lo
importante, es lo que nos sugiere este texto. Recordemos que el Señor volverá…
¿estamos preparados? ¿Qué habría que mejorar?
8. Te invitamos a que revises tu vida en relación a lo que sugiere el Señor.
ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor?
Para nuestro momento de oración, nuestra primera respuesta puede ir en la acción de gracias y
luego en pedir la gracia de ser coherentes con lo que creemos y vivimos.
Gracias Señor por tu Palabra que nos alienta a vivir en forma coherente. Gracias por
recordarnos también que Tú volverás a juzgarnos. Gracias de antemano por perdonar nuestras
faltas.
Te pedimos Señor la gracia de saber encontrar tu Voluntad Sagrada sobre nosotros. De tener la
fuerza y el coraje de ir contra la corriente de la sociedad que nos lleva lejos de Ti y de lo que
esperas para nuestra vida y nuestra felicidad.


Podemos recitar el Salmo 1
1,1: Dichoso
quien no acude a la reunión de los malvados
ni se detiene en el camino de los pecadores
ni se sienta en la sesión de los arrogantes;
1,2: sino que su tarea es la ley del Señor
y susurra esa ley día y noche.
1,3: Será como un árbol plantado junto al río,
que da fruto a su tiempo,
su fronda no se marchita;
en todo lo que hace, prospera.
1,4: No sucede así con los malvados,
serán como paja que lleva el viento.
1,5: Por eso los malvados no se levantarán en el tribunal,
ni los pecadores en la asamblea de los justos.
1,6: Porque el Señor se ocupa del camino de los justos,
pero el camino de los malvados se disolverá.
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto?
Para el momento de la Contemplación te sugerimos tomar algunas de estas dos frases del
Evangelio y repetirlas varias veces en tu vida para que entren en el fondo de tu corazón:
12,34: Porque donde está el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón.
12,48b . A quien mucho se le dio mucho se le pedirá; a quien mucho se le confió mucho más
se le exigirá.
ACCION: ¿A qué me comprometo?
El texto del Evangelio de este domingo es muy claro, no hay que imaginar demasiadas cosas
para poder cumplirlo:
1. Nos proponemos revisar nuestras cosas, y ver dónde está nuestro tesoro. Ofrecer de lo
que tenemos algo para compartir con quien lo necesite. Puede ser algo material, o
también nuestro tiempo para compartir con alguien en un hospital, o visitar a personas
que están solas y dar de nuestro tiempo para con ellas.
2. Con tu grupo puedes meditar y reflexionar sobre el tema del Evangelio. ¿Dónde
ponemos nuestros tesoros y por lo tanto nuestro corazón? Qué pensará el mundo sobre
este tema. Entonces como cristianos hacer una cartelera para la comunidad de dónde
están los tesoros del mundo, en contrario de los tesoros de la comunidad cristiana. Así
vamos distinguiéndonos de los demás.

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Nuestra . Sra . del Rosario de Fatima Parroquia

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