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La Lectio Divina Dominical Domingo 14 de Septiembre de 2014 Domingo XXIV del Tiempo Ordinario -

La Lectio Divina Dominical   Domingo 14 de Septiembre de 2014  Domingo XXIV del Tiempo Ordinario -
TEXTO BIBLICO Mateo 18, 21 - 35 Dale click en la imagen

martes, 24 de septiembre de 2013

26to. Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C TEXTO BIBLICO: Lucas 16, 19-31

     «Recibiste bienes en la vida y Lázaro males
                 Ahora tú sufres y    él goza »


16 ,1 : A los discípulos, Jesús, les decía:
16 ,19 : Había un hombre rico, que vestía de púrpura y lino y todos los días hacía espléndidos 
banquetes.16 ,20 : Echado a la puerta del rico había un pobre cubierto de llagas llamado Lázaro,
16 ,21 : que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamerle las 
heridas.
16 ,22 : Murió el pobre y los ángeles lo llevaron junto a Abrahán. Murió también el rico y lo sepultaron.
16 ,23 : Estando en el lugar de los muertos, en medio de tormentos, alzó la vista y divisó a Abrahán y a 
Lázaro a su lado.
16 ,24 : Lo llamó y le dijo:
—Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro, para que moje la punta del dedo en agua y me 
refresque la lengua; pues me torturan estas llamas.
16 ,25 : Respondió Abrahán:
—Hijo, recuerda que en vida recibiste bienes y Lázaro por su parte desgracias. Ahora él es 
consolado y tú atormentado.16 ,26 : Además, entre ustedes y nosotros se abre un inmenso abismo; de 
modo que, aunque se quiera, no se puede atravesar desde aquí hasta ustedes ni pasar desde allí 
hasta nosotros 
16 ,27 : Insistió el rico:
—Entonces, por favor, envíalo a casa de mi padre, 16 ,28 : donde tengo cinco hermanos; que les 
advierta no sea que también ellos vengan a parar a este lugar de tormentos.
16 ,29 : Le dice Abrahán:
—Tienen a Moisés y los profetas: que los escuchen.
16 ,30 : Respondió:
—No, padre Abrahán; si un muerto los visita, se arrepentirán.
16 ,31 : Le dijo:
—Si no escuchan a Moisés ni a los profetas, aunque un muerto resucite, no le harán caso.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO

LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio bíblico del texto.
Las lecturas este domingo continúan con el tema de la riqueza y la pobreza: específicamente, 
condenando al rico que es presentado como típicamente sin cuidado por el pobre y explotándolo, y 
confortando a pobre infeliz por quien el Señor tiene un cuidado especial. 
La lectura de Amós es una sátira mordaz contra las frivolidades de los ricos, inconscientes del desastre 
que está por caerles. El salmo expresa la vigilancia de Dios por todas las categorías de los 
desfavorecidos: los trabajadores extranjeros (residentes en Israel, los guerim), las viudas y los huérfanos. 
La lectura de 1 Timoteo, que sigue a lo de “el amor al dinero es la raíz de todos los males,” exhorta al 
joven Timoteo a que rechace esas cosas y a que se mantenga en la santidad.
Hay muchas cosas que señalar en la parábola del rico y Lázaro, especialmente los contrastes. El 
rico no tiene nombre (su nombre no es ‘Epulón’, que es un adjetivo que significa que banqueteaba 
mucho; en inglés también se le quiere llamar ‘Dives’, que significa “rico”). Es precisamente la intención 
de Lucas mostrar cómo las cosas son al revés con Dios: en el mundo son los ricos los que llevan grandes 
nombres; aquí el que tiene nombre es el miserable Lázaro. El rico come suntuosamente, sin que le 
preocupe Lázaro que está a su puerta, y que a su vez ¡le da de comer a los perros que lamen sus llagas! 
Al morir, Lázaro es llevado por los ángeles al seno de Abraham (ver Lc 13:28-30); el rico simplemente es 
enterrado. Sus lotes son invertidos en el más allá. El rico es atormentado, mientras que Lázaro es 
consolado, y ya no pueden cambiar las cosas. La razón que se da no es particularmente ética; no se dice 
que el rico fuese malo y que Lázaro fuese bueno. Sólo se da una inversión, un cambio de suerte muy 
escueta, semítica, bíblica, escatológica, muy querida por Lucas: el rico ya había recibido su premio en la 
tierra, mientras que Lázaro había sufrido. Al final, cambian los lugares que ocupamos, los primeros serán 
los últimos (ver Lc 1:52-53; 6:20-26). A Lucas no le interesa hacer finas, apologéticas distinciones acerca 
de lo que es ser rico, pero ‘sin estar apegado a la riqueza’. La mera coexistencia de la opulencia junto a 
la miseria (que tenemos a la puerta) basta para condenar al rico.
La conclusión de la parábola nos advierte contra esperar una manifestación extraordinaria, milagrosa, 
de la voluntad de Dios: nos basta una lectura sincera de la Sagrada Escritura, como era el caso para los 
hermanos del rico.
Preguntémonos para reconstruir el texto:
1. ¿Quiénes son lo personajes de la historia que narra Jesús? ¿Qué hace cada uno?
2. ¿Qué sucede al fin de los días de los personjes? ¿Hacia dónde van?
3. ¿Qué sucede con el rico, qué es lo que desea?
4. ¿Qué otro personaje del Antiguo Testamento aparece en la escena?
5. ¿Cuál es la distancia que los separa en la otra vida?
6. ¿Qué es lo que pide el rico? ¿Se podrá convertir alguien si un muerto revive y va a 
contarles?
7. ¿Qué es lo que basta conocer para llegar a la morada Eterna del Padre?

MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto?
Este es otro texto clave del evangelista Lucas. Debemos hacernos unas preguntas para profundizar en 
nuestra vida estas palabras de Salvación:
1. ¿Hasta qué punto yo me doy cuenta de las necesidades de las personas que me rodean?
2. ¿Estoy atento a estas personas? ¿Puedo brindarles ayuda, colaborar con su bienestar?
3. ¿En qué puedo identificarme con la narración que hizo Jesús?
4. ¿Soy consciente que en la Biblia yo puedo encontrar todo lo necesario para entender la 
Salvación? ¿Acepto que la Biblia es Palabra de Dios, y por lo tanto Palabra para mi 
salvación?
5. ¿Con qué frecuencia me dedico a la lectura y oración con la Biblia?
6. ¿Entiendo que “escuchar” la Palabra, meditarla, llevarla a mi vida es lo que me dará a mí 
la seguridad de ir por el camino correcto?

ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. 
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:
Gracias Señor por tu Palabra Salvadora. Gracias por que nos recuerdas a cada momento 
que esta Palabra es vida en abundancia.
Señor, que no seamos indiferentes a tu Palabra. Que queramos escucharla, vivirla, 
practicarla.
Te pedimos que nos ayudes a ver a nuestros hermanos, especialmente a aquellos que más 
sufren. Danos entrañas de amor para con cada uno. Danos la posibilidad de ser generosos 
con lo que tenemos. En especial nuestro tiempo, nuestra dedicación, y compartir los 
bienes para poder estar siempre disponibles a que tu Palabra sea vida en nuestra vida.
Hacemos nuestra la oración del Salmo 119:
119 ,1 : Dichosos los de conducta intachable, que siguen la voluntad del Señor.
119 ,2 : Dichosos los que guardan sus preceptos, y lo buscan de todo corazón;
119 ,3 : los que, sin cometer iniquidad, andan por sus caminos.
119 ,4 : Tú mandaste que tus decretos se observen exactamente.
119 ,5 : Ojalá estén firmes mis caminos para cumplir tus órdenes.
119 ,6 : Entonces no quedaré defraudado al fijarme en tus mandatos.
119 ,7 : Te daré gracias con sincero corazón cuando aprenda tus justos mandamientos.
119 ,8 : Quiero cumplir tus órdenes ¡No me abandones, oh Dios grande e inmortal!
119 ,9 : ¿Cómo limpiará un joven su sendero? —Observando tu palabra.
119 ,10 : Te busco de todo corazón: no me desvíes de tus mandatos.
119 ,11 : Guardo en mi corazón tu promesa para no pecar contra ti.
119 ,12 : ¡Bendito eres, Señor!, enséñame tus normas.
119 ,13 : Mis labios recitarán todo lo que manda tu boca.
119 ,14 : En el camino de tus preceptos disfruto más que con cualquier fortuna.
119 ,15 : Voy a meditar tus decretos y a fijarme en tus senderos.
119 ,16 : Me complazco en tus órdenes: no me olvido de tus palabras.
119 ,17 : Cuida de tu servidor y viviré para cumplir tu palabra.
119 ,18 : Abre mis ojos y contemplaré las maravillas de tu ley.
119 ,19 : Soy peregrino en la tierra: no me ocultes tus mandatos.
119 ,20 : Mi vida se consume deseando siempre tus mandamientos.
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo final de este
Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
Ahora él es consolado y tú atormentado 
—Tienen a Moisés y los profetas: que los escuchen.
Y de esta forma nos ponemos en contemplación solicitando al Señor la posibilidad de ser humildes.
ACCION: ¿A qué me comprometo?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, me propongo hacer un verdadero análisis de conciencia. Sobre las personas que están a mi 
alrededor y realizar alguna acción que sea para compartir con los demás mi tiempo, y si es necesario mis 
bienes. También una propuesta de lectura más asidua de la Sagrada Escritura, haciendo Lectio Divina.
En el grupo proponerse una actividad que muestre que de verdad estamos escuchando la Palabra del 
Señor. Visitar enfermos en un hospital, ayudar a personas necesitadas y por sobre todas las cosas 

enseñarles a los demás a orar con la Biblia.

martes, 17 de septiembre de 2013

25to. Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C TEXTO BIBLICO: Lucas 16, 1-13

« No pueden ustedes servir a Dios y al dinero»





16,1: A los discípulos, Jesús, les decía:
—Un hombre rico tenía un administrador. Le llegaron quejas de que estaba derrochando 
sus bienes. 16,2: Lo llamó y le dijo:
—¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuentas de tu administración, porque ya no 
podrás seguir en tu puesto.
16,3: El administrador pensó: ¿Qué voy a hacer ahora que el dueño me quita mi puesto? 
Para cavar no tengo fuerzas, pedir limosna me da vergüenza. 16,4: Ya sé lo que voy a hacer 
para que, cuando me despidan, alguno me reciba en su casa.
16,5: Fue llamando uno por uno a los deudores de su señor y dijo al primero:
—¿Cuánto debes a mi señor?
16,6: Contestó:
—Cien barriles de aceite.
Le dijo:
—Toma el recibo, siéntate enseguida y escribe cincuenta. 
16,7: Al segundo le dijo:
—Y tú, ¿cuánto debes?
Contestó:
—Cuatrocientos quintales de trigo.
Le dice:
—Toma tu recibo y escribe trescientos.
16,8: El dueño alabó al administrador deshonesto por la astucia con que había actuado.
Porque los hijos de este mundo son más astutos con sus semejantes que los hijos de la 
luz.
16,9: Y yo les digo que con el dinero sucio se ganen amigos, de modo que, cuando se 
acabe, ellos los reciban en la morada eterna.
16,10: El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho; el que es deshonesto en lo poco, es 
deshonesto en lo mucho. 16,11: Si con el dinero sucio no han sido de confianza, ¿quién les 
confiará el legítimo?
16,12: Si con lo ajeno no han sido de confianza, ¿quién les confiará lo que les pertenece a 
ustedes?
16,13: Un empleado no puede estar al servicio de dos señores: porque odiará a uno y 
amará al otro o apreciará a uno y despreciará al otro. No pueden estar al servicio de Dios y 
del dinero.

BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO






LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio bíblico del texto.
Las lecturas de este domingo tienen que ver con nuestra responsabilidad para con los pobres. En 
la primera lectura, Amós sobresale entre los profetas por sus denuncias de los abusos cometidos por las 
clases altas de Israel en un tiempo en que había gran prosperidad (y un esplendoroso culto), pero cuyas 
“gotas” no caían sobre los más pobres (en inglés hay una noción que cuando les va bien a los ricos su 
prosperidad por fuerza ‘goteará hacía los más pobres’). Pero eso no es así. El salmo refleja un misterio 
bíblico: que el Dios altísimo se preocupa con los más humildes de los seres humanos (ver Is 57:15; cf. Mt 
25:40, 45), y los levantará a su tiempo. La lectura de 1 Timoteo tiene que ver con el buen orden de la 
sociedad y del mundo. No puede haber coexistencia pacífica a menos que haya justicia; hacia el final de 
esta carta, se dirá que las rencillas y los disturbios tienen mucho que ver con la avaricia, y que “el amor 
al dinero es la raíz de todos los males,” 1 Tm 6:3-10.
El mayordomo de la parábola en Lucas fue acusado de derrochar la propiedad de su patrón (se 
usa el mismo verbo para derrochar en la parábola del hijo pródigo en Lc 15:13). No queda claro si el 
mayordomo estaba renunciando a su comisión cuando reducía lo que se le debía a su patrón, o si estaba 
derrochando aún más la propiedad de su amo (a lo que se refiere dos veces), que parece más verosímil. 
En cualquier caso, es su actitud atrevida y extravagante hacia las riquezas, una suerte de desapego, si se 
quiere, lo que alaba Jesús, y hasta el mismo patrón. Hace falta imaginación y valor en este mundo: la 
riqueza y el dinero deben usarse con creatividad para el bien de los demás, especialmente los más 
pobres. ¡Cuánta ingenuidad no tenemos para asuntos militares y para lo que nos interesa, y cuán poco 
para alimentar y educar a los más necesitados! Debemos ser fieles en todo. Pero esto significa servir a 
Dios con un corazón no dividido. Y el competidor más grande que tiene Dios, llamado aquí por nombre 
en un caso único, es “mamón” (el nombre de una divinidad pagana y obviamente este mal uso del 
dinero es una idolatría), la palabra aramea que usaba Jesús para la riqueza, la propiedad y la ganancia. 
En los evangelios siempre tiene un significado negativo, como es el caso en los demás escritos de la 
época. 
Preguntémonos para reconstruir el texto:
1. ¿A quiénes se dirigió Jesús y cómo fue la parábola que les dijo?
2. ¿Qué hacía el hombre de la Parábola?
3. ¿Cómo va ganándose a los deudores de su patrón?
4. ¿Cuándo el patrón se dio cuenta, ¿qué es lo que dijo?
5. ¿Qué explicación da Jesús sobre los hijos de este mundo? ¿Qué deberíamos aprender?
6. ¿Cómo se refiere Jesús a la fidelidad?
7. ¿Cómo termina el texto? ¿Cuál es la frase o la idea principal que quiso dejar Jesús?
MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto?
Este es otro texto clave del evangelista Lucas. Debemos hacernos unas preguntas para profundizar en 
nuestra vida estas palabras de Salvación:
1. Jesús pone un ejemplo de un administrador infiel, pero que era astuto. ¿Podría yo ser un 
administrador de las cosas de Dios como este de la parábola? 
2. ¿Hasta qué punto mi fidelidad a Dios me lleva a ser recto en todo momento, aún cuando 
no quede bien ante los demás?
3. ¿Trato de usar la astucia para ser un discípulo misionero?
4. Finalmente Jesús habla de las amistades que se hace ganar este administrador. ¿Qué tan 
sincera es mi amistad para las otras personas? ¿Lo amo, lo respeto, lo cuido por lo que es, 
o por lo que tiene?
5. ¿Brindo mi amistad a los demás lo que yo soy, o por lo que tengo o represento? ¿Cuál es 
mi carta de presentación para con los otros? ¿Qué reconocimiento espero?
6. Realmente ¿construyo amistades cristianas y verdaderas o simplemente compañías 
pasajeras?
7. ¿Cuál es mi verdadero interés para seguir? ¿nos vemos reflejados en el texto? ¿Dónde 
estoy buscando mi felicidad? ¿En las cosas momentáneas, en personas y amistades 
momentáneas?
8. ¿Busco en mis amistades a aquellos con los que realmente puedo construir un puente que 
me lleven al encuentro y seguimiento de Jesús y de allí al Padre?
9. ¿Cuántas riquezas mal elegidas puedo encontrar en mi vida, que usé también para 
comprar cariño, respeto y admiración de otras personas?
Hagamos un momento de silencio y busquemos entre estas preguntas, cuál es la que más me llama la 
atención.
ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. 
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:
Gracias Señor por tu Palabra Salvadora. Gracias por permitirme escucharte, aún cuando 
viendo mi interior, no soy el cristiano que tú deseas.
Me siento en algunas ocasiones como este administrador, que buscaba con las cosas y el 
dinero de sus patrones, comprar el afecto y la admiración de otros. Pero… Señor… me 
doy cuenta que esto terminaría muy mal. Te pido perdón por todas estas veces que no 
hice lo que es bueno a tus ojos.
Quiero pedirte Señor Jesús, que abras mi corazón que a veces está tan cerrado, y que me 
hables al corazón como siempre, diciéndome las palabras y los gestos oportunos.
Señor, que todos los bienes que tú me has permitido administrar que los use para tu 
gloria. Que pueda no comprar a la gente para mí, sino que todo se oriente a que pueda ser 
un discípulo y misionero tuyo.
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo final de este
Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
16,13: Un empleado no puede estar al servicio de dos señores…
Y de esta forma nos ponemos en contemplación solicitando al Señor la posibilidad de ser fieles a Él.
ACCION: ¿A qué me comprometo?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, me propongo hacer un verdadero análisis de conciencia. Ver cuántas veces uso mal los 
bienes que administro. Cuántas veces quiero cambiar cariño, respeto y admiración por intercambio de 
cosas. Y también preguntarse por la fidelidad al Señor. ¿Qué me pide el Señor que cambie en mi vida? 
Propongo algo concreto.
En el grupo proponerse una actividad que pueda mostrar claramente las diferencias en donde buscamos 
la felicidad entre Dios y el dinero. Y poder hacer algo externo para presentar a los otros miembros de la 

comunidad nuestro deseo de cambio, y ofrecerles a otros también la posibilidad de cambiar.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Lectio Divina Dominical – 24to. Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C

TEXTO BIBLICO: Lucas 15, 1-32
«Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se convierte»

15,1: Todos los recaudadores de impuestos y los pecadores se acercaban a
escuchar. 15,2: Los fariseos y los doctores murmuraban:
—Éste recibe a pecadores y come con ellos.
15,3: Él les contestó con la siguiente parábola:
15,4: —Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las
noventa y nueve en el campo y va a buscar la extraviada hasta encontrarla?
15,5: Al encontrarla, se la echa a los hombros contento, 15,6: se va a casa, llama a
amigos y vecinos y les dice: Alégrense conmigo, porque encontré la oveja perdida.
15,7: Les digo que, de la misma manera habrá más fiesta en el cielo por un
pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesiten
arrepentirse.
15,8: Si una mujer tiene diez monedas y pierde una, ¿no enciende una lámpara,
barre la casa y busca con mucho cuidado hasta encontrarla?
15,9: Al encontrarla, llama a las amigas y vecinas y les dice: Alégrense conmigo
porque encontré la moneda perdida.
15,10: Les digo que lo mismo se alegrarán los ángeles de Dios por un pecador que
se arrepienta.
15,11: Añadió:
—Un hombre tenía dos hijos. 15,12: El menor dijo al padre: Padre, dame la parte
de la fortuna que me corresponde. Él les repartió los bienes.
15,13: A los pocos días el hijo menor reunió todo y emigró a un país lejano, donde
derrochó su fortuna viviendo una vida desordenada. 15,14: Cuando gastó todo,
sobrevino una carestía grave en aquel país, y empezó a pasar necesidad.
15,15: Fue y se puso al servicio de un hacendado del país, el cual lo envió a sus
campos a cuidar cerdos. 15,16: Deseaba llenarse el estómago de las bellotas que
comían los cerdos, pero nadie se las daba. 15,17: Entonces recapacitando pensó:
—A cuántos jornaleros de mi padre les sobra el pan mientras yo me muero de
hambre. 15,18: Me pondré en camino a casa de mi padre y le diré: He pecado contra
Dios y te he ofendido; 15,19: ya no merezco llamarme hijo tuyo. Trátame como a
uno de tus jornaleros.
15,20: Y se puso en camino a casa de su padre. Estaba aún distante cuando su
padre lo divisó y se enterneció. Corriendo, se le echó al cuello y le besó.
15,21: El hijo le dijo:
—Padre, he pecado contra Dios y te he ofendido, ya no merezco llamarme hijo
tuyo.
15,22: Pero el padre dijo a sus sirvientes:
—Enseguida, traigan el mejor vestido y vístanlo; pónganle un anillo en el dedo y
sandalias en los pies. 15,23: Traigan el ternero engordado y mátenlo. Celebremos un
banquete. 15,24: Porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido, se había perdido
y ha sido encontrado.
Y empezaron la fiesta.
15,25: El hijo mayor estaba en el campo. Cuando se acercaba a casa, oyó música y
danzas 15,26: y llamó a uno de los sirvientes para informarse de lo que pasaba.
15,27: Le contestó:
—Es que ha regresado tu hermano y tu padre ha matado el ternero engordado,
porque lo ha recobrado sano y salvo.
15,28: Irritado, se negaba a entrar.
Su padre salió a rogarle que entrara.
15,29: Pero él le respondió:
—Mira, tantos años llevo sirviéndote, sin desobedecer una orden tuya, y nunca
me has dado un cabrito para comérmelo con mis amigos. 15,30: Pero, cuando ha
llegado ese hijo tuyo, que ha gastado tu fortuna con prostitutas, has matado para
él el ternero engordado.
15,31: Le contestó:
—Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. 15,32: Había que hacer
fiesta porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, se había perdido y
ha sido encontrado.


LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio bíblico del texto.
Ex 32:7-11, 13-14; Sal 51; 1 Tm 1:12-17; Lc 15:1-32
El mensaje este domingo es el perdón. La primera lectura relata el pecado original de Israel, quebrantar
el primer mandamiento poco después que fue promulgado. Como había sucedido en los días de Noé
cuando la maldad y la violencia cundieron sobre la tierra (Gn 6:5-22), Dios tuvo dudas acerca de su
elección de Israel, y quiso comenzar de nuevo haciendo un nuevo pueblo con Moisés. Pero Moisés
intercedió por Israel, y el Señor se arrepintió de la destrucción que había amenazado, como pasó en
tiempos de Noé. El Salmo 51 es el salmo penitencial por excelencia, atribuido al rey David después de
cometer adulterio con Betsabé y en efecto asesinar al marido de ésta (tremendo abuso de autoridad;
ver 2 S 11-12). Pero el rey pidió perdón y prometió ser un buen ejemplo para otros pecadores
necesitados de perdón.
En la segunda lectura, Pablo reconoce que persiguió a la Iglesia, pero nos dice que la misericordia que
Dios tuvo con él fue para revelar la perfecta paciencia divina de Jesucristo. Para Pablo, el centro (en
inglés, la crux) del misterio es precisamente eso, que Dios pasó por alto nuestros pecados para mostrar
lo “justo” que es; ver Rm 3:21-26. Pongo “justo” entre comillas porque el vocablo hebreo que traduce
significa una cualidad misteriosa que más bien protege y salva.
El evangelio dramatiza lo esencial del ministerio y mensaje de Jesús: en el tiempo final Dios buscaría a
los que estaban perdidos y descarriados y los haría volver a sí mismo. Este es el significado hebreo de
lo que llamamos conversión o arrepentimiento: regresar a Dios; ver los pasajes sobre el “buen pastor”
en Ez 34:15-16, 23-31)
Las parábolas dirigidas a los pastores (el de las cien ovejas que pierde una y sale a buscarla) pone énfasis
en la alegría del encuentro. Lo mismo que la que está dirigida a las mujeres (que pierde la moneda y la
busca) también es la alegría por el encuentro.
Jesús fue el agente de Dios para este designio divino de “regresar a Dios” La parábola del “hijo pródigo”
no muestra nada del Dios amenazador de la primera lectura; es el hijo temeroso, arrepentido pero aún
incrédulo el que piensa que debe preparar un discurso aplacador para su padre, a quien espera estar
bien furioso. Pero Dios, el Padre que nos revela Jesús, no es así: rompiendo con la costumbres de lo que
es propio en el oriente, este padre sale corriendo mientras su hijo aún está lejos, saliendo a su
encuentro y colmándolo de besos y regalos, con una fiesta en vez de probatoria. Es esta extravagancia
del Reino en los tiempos finales la que se nos pide practicar a nosotros también; ver Mc 4:3-9, la
parábola del sembrador pródigo o derrochador; ver también Mt 20:1-16; Jn 12:3; 19:39. Pero era
ofensiva para los “fariseos” de entonces y de hoy.
Preguntémonos para reconstruir el texto:
1. ¿Quiénes se acercaron a escuchar a Jesús?
2. ¿Quiénes murmuraban y criticaban a Jesús? ¿Porqué?
3. ¿Cuáles fueron las primeras dos parábola que Jesús les dice a aquellos que lo
escuchaban?
4. ¿Cuál es la síntesis que presenta cada una de estas dos parábolas?
5. Jesús cuenta una de las parábolas más hermosas: La del padre misericordioso ¿Qué hace
el hijo menor? ¿Qué hace el hijo mayor? ¿Cómo era la actitud del Padre?
6. ¿Qué pasó una vez que el hijo menor pasó hambre… cuál fue su decisión?
7. ¿Qué estaba haciendo el Padre, cuando vio regresar a su hijo menor? ¿cuál fue su
decisión inmediata
8. ¿Qué sucedió con el hermano mayor?
9. ¿Qué hizo el Padre con el hermano mayor?
10. ¿Qué conclusión podemos sacar de esta parábola
MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto?
Este es otro texto clave del evangelista Lucas. Debemos hacernos unas preguntas para profundizar en
nuestra vida estas palabras de Salvación:
1. ¿Estoy convencido que Dios es misericordioso?
2. ¿He recibido alguna vez en mi vida esta experiencia de misericordia y perdón? ¿Podría
recordarla? ¿Cómo te has sentido ante el perdón obtenido?
3. En la vida pastoral de la Iglesia ¿salimos como el pastor a buscar a la oveja que se ha
perdido?
4. ¿Somos conscientes que hoy debemos prolongar el misterio de Jesús, en la Iglesia, y salir
a buscar a tantos que por algún motivo se han extraviado, y esto debe ser con amor?
5. ¿Cuáles crees que son los descuidos hoy de la Iglesia en que dejamos perder a nuestros
fieles? ¿Haremos como la mujer de la parábola para salir a buscar lo perdido?
6. Nos alegramos cuando nuestros hermanos vuelven al redil de la Iglesia ¿o los criticamos
porque se han ido?
7. Mostramos como cristianos la imagen del Padre Bondadoso, o nos enfocamos más en el
Padre castigador ¿Cuál será entonces la imagen que debemos mostrar y en qué cambiará
todo esto en la vida pastoral?
ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora.
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:
Gracias Señor por tu Palabra Salvadora. Gracias por tu amor y misericordia.
Gracias porque me cambias la imagen que muchas veces he tenido de Ti, de un Dios
castigador, que está con las leyes morales en la mano, para regañarme. Sin embargo me
muestras que tú eres por sobre todas las cosas amor, misericordia, perdón.
Quiero pedirte la luz para analizar también todos aquellos lugares de mi vida, de mi
corazón donde nunca te he dejado entrar. Para poder pedir perdón, por esas cosas
enquistadas en mi vida que ni siquiera reconozco. Ahora quiero ponerlas en tus manos
bondadosas.
Quiero imitarte, saliendo a buscar a aquellos que hemos dejado que se vayan. Dame un
corazón valiente para ir al encuentro de todos ellos en tu nombre, y en tu misericordia
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo final de este
Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
15,32 Había que hacer fiesta porque este hermano tuyo
estaba muerto y ha revivido, se había perdido y ha sido
encontrado.
Y de esta forma nos ponemos en contemplación solicitando al Señor la posibilidad de ser humildes.
ACCION: ¿A qué me comprometo?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, me propongo hacer un verdadero análisis de conciencia. Necesito darme cuenta cuántos
agujeros en mi corazón están lejos del Señor, las angustias, donde nunca lo he dejado entrar, las
preocupaciones, que me distraen de la misericordia. También pensar en los juicios que yo realizo sobre
aquellas personas que por algún motivo dejan nuestras comunidades y tratar de ser misericordiosos, e ir
a buscarlos.
En el grupo proponerse una actividad de búsqueda de aquellos que estuvieron en la comunidad y por
diferentes motivos se fueron. Que sea una actividad misionera, y hacerles a ellos una recepción tan
hermosa, como la que el Padre Misericordioso hizo por su hijo menor que había vuelto. Tener esta

actitud de discípulos misioneros, con una actividad que sea novedosa y atractiva.

Circulos Biblicos

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Nuestra . Sra . del Rosario de Fatima Parroquia

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