LECTIO
DIVINA
Domingo
V de Cuaresma Ciclo A
PRIMERA LECTURA:
Ezequiel 37, 12-14
SALMO RESPONSORIAL:
Salmo 129, 1-5.6c-8
SEGUNDA LECTURA:
Romanos 8, 8-11
Invocación al
Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a
nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra
inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a
través de
su Hijo Jesús, el
Cristo.
Que tu Palabra llegue
a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
TEXTO
BIBLICO: Juan 11, 1-45
«Padre, te doy gracias porque me oíste»
11,1: Había un enfermo llamado Lázaro, de Betania, el pueblo
de María y su hermana
Marta. 11,2: María era la que había ungido al Señor con
perfumes y le había secado los pies con sus
cabellos. Su hermano Lázaro estaba enfermo. 11,3: Las
hermanas le enviaron un mensaje:
—Señor, tu amigo está
enfermo.
11,4: Al oírlo, Jesús
comentó:
—Esta enfermedad no
ha de terminar en la muerte; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios
sea glorificado por ella.
11,5: Jesús era amigo
de Marta, de su hermana y de Lázaro. 11,6: Sin embargo cuando oyó que
estaba enfermo, prolongó su estadía dos días en el lugar.
11,7: Después dice a
los discípulos:
—Vamos a volver a
Judea.
11,8: Le dicen los
discípulos:
—Maestro, hace poco
intentaban apedrearte los judíos, ¿y quieres volver allá?
11,9: Jesús les
contestó:
—¿No tiene el día
doce horas? Quien camina de día no tropieza, porque ve la luz de este
mundo; 11,10: quien camina de noche tropieza, porque no
tiene luz.
11,11: Dicho esto,
añadió:
—Nuestro amigo Lázaro
está dormido; voy a despertarlo.
11,12: Contestaron los discípulos:
—Señor, si está
dormido, se sanará.
11,13: Pero Jesús se
refería a su muerte, mientras que ellos creyeron que se refería al sueño.
11,14: Entonces Jesús
les dijo abiertamente:
—Lázaro ha muerto.
11,15: Y me alegro por ustedes de no haber estado allí, para que crean.
Vayamos a verlo.
11,16: Tomás —que
significa mellizo— dijo a los demás discípulos:
—Vamos también
nosotros a morir con él.
11,17: Cuando Jesús
llegó, encontró que llevaba cuatro días en el sepulcro.
11,18: Betania queda
cerca de Jerusalén, a unos tres kilómetros. 11,19: Muchos judíos habían ido a
visitar a Marta y María para darles el pésame por la muerte
de su hermano.11,20: Cuando Marta oyó
que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María se
quedaba en casa.
11,21: Marta dijo a
Jesús:
—Si hubieras estado
aquí, Señor, mi hermano no habría muerto. 11,22: Pero yo sé que lo que pidas,
Dios te lo concederá.
11,23: Le dice Jesús:
—Tu hermano
resucitará.
11,24: Le dice Marta:
—Sé que resucitará en
la resurrección del último día.
11,25: Jesús le
contestó:
—Yo soy la
resurrección y la vida. Quien cree en mí, aunque muera, vivirá; 11,26: y quien
vive y
cree en mí no morirá para siempre. ¿Lo crees?
11,27: Le contestó:
—Sí, Señor, yo creo
que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.
11,28: Dicho esto, se
fue, llamó en privado a su hermana María y le dijo:
—El Maestro está aquí
y te llama.
11,29: Al oírlo, se
levantó rápidamente y se dirigió hacia él. 11,30: Jesús no había llegado aún al
pueblo, sino que estaba en el lugar donde lo encontró Marta.
11,31: Los judíos que estaban con ella
en la casa consolándola, al ver que María se levantaba de
repente y salía, fueron detrás de ella,
pensando que iba al sepulcro a llorar allí.
11,32: Cuando María
llegó a donde estaba Jesús, al verlo, cayó a sus pies y le dijo:
—Si hubieras estado
aquí, Señor, mi hermano no habría muerto.
11,33: Jesús al ver
llorar a María y también a los judíos que la acompañaban, se estremeció por
dentro 11,34: y dijo muy conmovido:
—¿Dónde lo han
puesto?
Le dicen:
—Ven, Señor, y lo
verás.
11,35: Jesús se echó
a llorar.
11,36: Los judíos
comentaban:
—¡Cómo lo quería!
11,37: Pero algunos
decían:
—El que abrió los
ojos al ciego, ¿no pudo impedir que éste muriera?
11,38: Jesús,
estremeciéndose de nuevo, se dirigió al sepulcro. Era una caverna con una
piedra
adelante.
11,39: Jesús dice:
—Retiren la piedra.
Le dice Marta, la hermana
del difunto:
—Señor, huele mal, ya
lleva cuatro días muerto.
11,40: Le contesta
Jesús:
—¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?
11,41: Retiraron la
piedra.
Jesús alzó la vista
al cielo y dijo:
—Te doy gracias,
Padre, porque me has escuchado. 11,42: Yo se que siempre me escuchas, pero lo
he dicho por la gente que me rodea, para que crean que tú me
enviaste.
11,43: Dicho esto,
gritó con fuerte voz:
—Lázaro, sal afuera.
11,44: Salió el
muerto con los pies y las manos sujetos con vendas y el rostro envuelto en un
sudario.
Jesús les dijo:
—Desátenlo para que
pueda caminar.
11,45: Muchos judíos
que habían ido a visitar a María y vieron lo que hizo creyeron en él.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio bíblico del texto.
El Evangelista Juan, recalca en la primera parte con
insistencia, en la gran amistad de Jesús con este
núcleo familiar entre María, Marta y Lázaro. Que también
eran sus discípulos. Cuando le anuncian que
Lázaro está enfermo, el dice que esto es para manifestar la
Gloria de Dios. Y esta parte culmina con el
hecho que Jesús dice: nuestro amigo Lázaro duerme, voy a
despertarlo. Porque para Jesús, la muerte no
tendrá la última palabra.
La muerte, consecuencia del pecado, había atrapado al ser
humano como en una trampa sin salida.
Cuando nuestros primeros padres de la humanidad, en vez de
elegir la vida, se quedaron encerrados en
el polvo y en el fango. Es Jesús, el Hijo Eterno de Dios,
encarnado en el seno de María, quien vendrá a
restaurar todo este proceso, revirtiendo la consecuencia del
pecado que es la muerte, y aquí este signo
puesto en la cuaresma nos prepara para este momento.
Jesús quedándose unos días donde estaba, ha permitido que su
amigo experimentara la muerte física. Y
sus hermanas el dolor de la separación. El plan de Dios es
más grande que el pequeño y angosto plan
que tenemos los seres humanos. Jesús va a Betania, sabiendo
que debe sacar a Lázaro de su tumba,
porque Él debe entrar en la suya. Jesús va más allá de la
“esperanza humana”, que siempre dice:
“mientras hay vida hay esperanza…” Jesús nos anima contra
toda esperanza a creer y aquí vienen los
signos.
Han pasado cuatro días desde que Lázaro a muerto, cuando
Jesús llega a Betania. Las dos hermanas
tienen actitudes diferentes. Marta ha ligado su fe a la
presencia física y real de Jesús. Esta fe es
imperfecta y Jesús quiere llevarla a un cambio total en su
fe. Hay un misterio que comienza a develarse:
El de la resurrección. Jesús es la vida duradera para quien
cree en Él, y esto libera en su sentido de los
últimos tiempos. Pero esta fe, tiene ahora un nuevo sentido
en Cristo, el Señor. Gracias a la venida de
Jesús a introducirse en nuestro tiempo, en nuestro mundo, Él
pagó el rescate por toda la humanidad,
liberándolo de la muerte que nos había atrapado. (Sería
bueno recordar que en la época que había
esclavos, para liberarlos, había que pagar un rescate, aquí
está la teología de fondo, que nosotros que
éramos esclavos del pecado y su consecuencia la muerte, ya
hemos sido liberados, comprados –por
decirlo de otra forma- con la Sangre de Cristo). La vida con
mayúscula que Dios nos ofrece, ya no está
fuera de nuestro mundo, porque el Hijo de Dios ha venido a
nuestro mundo.
Ante la tumba de Lázaro, Jesús se conmueve. Aparentemente
hay una victoria de las tinieblas sobre la
luz. Pero Jesús es la vida, Él es la resurrección y la vida.
Por eso, este texto nos va introduciendo en el misterio
Pascual, que si bien, en nuestra vivencia humana
la Pasión de Cristo nos toca muy fuertemente, nos debe tocar
más íntimamente su resurrección, que en
definitiva es lo que nos anuncia la felicidad eterna. ¡¡¡No
todo está perdido, hay esperanza.!!!!
Reconstruimos el texto:
1. ¿Quién estaba enfermo y quiénes eran sus hermanas?
2. ¿Qué le dijeron a Jesús, sobre el enfermos? ¿Qué responde
Jesús?
3. ¿Cuál es el comentario de Jesús sobre Lázaro? ¿Qué irá a
hacer Jesús con él?
4. Jesús llega a Betania ¿Cómo es el diálogo con Marta?
5. ¿Qué dijo María, otra hermana a Jesús? ¿Qué dijo Jesús?
6. ¿Qué dijo Jesús frente a la tumba de Lázaro? ¿Qué sugirió
Marta? ¿Qué contestó Jesús?
7. ¿Cómo fue la oración de Jesús al Padre, ante la tumba de
Lázaro?
8. ¿Qué exclamó con fuerte voz?
9. ¿Qué tenían que hacer con Lázaro después de que Jesús lo
resucitó?
10. ¿Qué pasó con muchos judíos que había en el lugar?
MEDITACION: ¿Qué me o nos dice el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta
Palabra de Salvación:
1. ¿Acudo a Jesús en todos los momentos de mi vida? ¿o sólo
cuando estoy ante una necesidad?
2. ¿Entiendo que muchas situaciones de mi vida personal, que
no están en mis planes, y que
parecen no ser algo bueno, pueden transformarse para la
gloria del Señor?
3. En mi oración, ¿tengo la paciencia necesaria para ponerme
a la escucha del Señor? ¿O sólo soy
de los que piden y piden nomás?
4. Jesús habla de la resurrección, el Credo que profesamos
también. ¿Mi vida refleja alegría porque
Jesús pagó mi rescate de la muerte eterna?
5. Jesús nos propone un modelo de oración ante la Tumba de
Lázaro: “Padre te doy gracias porque
me has escuchado” ¿Mi oración es también una acción de
gracias confiada al Padre? ¿Estoy
completamente seguro que Dios siempre me escucha? ¿He dudado
alguna vez de que Dios me
está escuchando? ¿En qué ocasiones? ¿Cómo puedo superar
esto?
6. Jesús pide quitar las ataduras a Lázaro para que camine
¿soy consciente que mi vida de oración
debo completarla en el seguimiento a Cristo?
ORACION: ¿Qué le digo o decimos al Señor?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos
queriendo escuchar su Palabra Salvadora.
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor:
Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias por aumentar nuestra esperanza.
Yo pongo mi esperanza en Ti, Señor, y confío en tu Palabra.
Oremos juntos como nos propone la Iglesia con el Salmo 129
130,1: Desde lo hondo a ti clamo, Señor,
130,2: Dueño mío, escucha mi voz. Estén tus oídos atentos a
la voz de mi súplica.
130,3: Si recuerdas los delitos, Señor, ¿quién resistirá,
Dueño mío?
130,4: Pero el perdón es cosa tuya, para que seas respetado.
130,5: Yo espero al Señor, lo espero anhelante, yo aguardo
su palabra;
130,6: Mi vida aguarda a mi Dueño, más que el centinela la
aurora. ¡Más que el centinela la aurora!
130,7: Aguarde Israel al Señor, que en el Señor sólo hay
amor y su redención es generosa:
130,8: Él redimirá a Israel de todos sus delitos.
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos el
texto?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias
veces este versículo del Evangelio para
que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado.
(versículo 41 )
Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y
agradeciendo a Jesús que venga.
ACCION: ¿A qué me comprometo?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio,
entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, Voy a volver a releer este texto, viendo las
acciones de Jesús y tratando de imitarlas,
especialmente en sus momentos de oración. Y con esta idea,
este texto tan importante, veré de buscar a
algún amigo que esté pasando por un momento importante en su
vida, para animarlo a que en su
oración pueda ser confiado. Así demostraré que sí estoy cumpliendo
con enseñar lo que Dios Pide.
En el grupo, vas a insistir en las palabras de Jesús que
repetimos en la contemplación. Y buscaremos una
manera como grupo para enseñarle a los demás a tener
confianza. Puede ser poner un cartel en la
Iglesia sobre el tema. También es muy necesario que en este
tiempo de cuaresma estemos cerca de las
personas que sufren o que tienen necesidades. Vamos a
buscarlas y darles ánimo para recordar que Dios