Material Asamblea 2010 P.D.M

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La Lectio Divina Dominical Domingo 14 de Septiembre de 2014 Domingo XXIV del Tiempo Ordinario -

La Lectio Divina Dominical   Domingo 14 de Septiembre de 2014  Domingo XXIV del Tiempo Ordinario -
TEXTO BIBLICO Mateo 18, 21 - 35 Dale click en la imagen

domingo, 27 de abril de 2014

LECTIO DIVINA Domingo III de Pascua Ciclo A

 PRIMERA LECTURA: Hechos 2, 14.22-23
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 15, 1-2.5.7-11
SEGUNDA LECTURA: 1Pedro 1, 17-21                              

Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén


               









TEXTO BIBLICO: Lucas 24, 13-35
«También yo los envío a ustedes»
 24,13: Aquel mismo día, dos de ellos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, que está a unos diez
kilómetros de Jerusalén. 24,14: En el camino conversaban sobre todo lo sucedido.
 24,15: Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona los alcanzó y se puso a caminar con
ellos. 24,16: Pero ellos tenían los ojos incapacitados para reconocerlo. 
24,17: Él les preguntó:  —¿De qué van conversando por el camino?
 Ellos se detuvieron con rostro afligido, 24,18: y uno de ellos, llamado Cleofás, le dijo:
 —¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que desconoce lo que ha sucedido allí estos días?
 24,19: Jesús preguntó:  —¿Qué cosa?  Le contestaron:
 —Lo de Jesús Nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo.
 24,20: Los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron.
 24,21: ¡Nosotros esperábamos que él sería el liberador de Israel!, pero ya hace tres días que sucedió todo esto.
 24,22: Es verdad que unas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado; ellas fueron de madrugada al sepulcro, 24,23: y al no encontrar el cadáver, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles asegurándoles que él está vivo.
 24,24: También algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como habían contado las mujeres; pero a él no lo vieron.
 24,25: Jesús les dijo:  —¡Qué duros de entendimiento, cómo les cuesta creer lo que dijeron los profetas!24,26: ¿No tenía que padecer eso el Mesías para entrar en su gloria?
 24,27: Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que en toda la Escritura se refería a él.
 24,28: Se acercaban al pueblo adonde se dirigían, y él hizo ademán de seguir adelante.
 24,29: Pero ellos le insistieron:  —Quédate con nosotros, que se hace tarde y el día se acaba.
 Entró para quedarse con ellos; 24,30: y, mientras estaba con ellos a la mesa, tomó el pan, lo
bendijo, lo partió y se lo dio.  24,31: Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
 24,32: Se dijeron uno al otro:
 —¿No sentíamos arder nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba la
Escritura?  24,33: Se levantaron al instante, volvieron a Jerusalén y encontraron a los Once con los demás
compañeros, 24,34: que afirmaban: —Realmente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.  24,35: Ellos por su parte contaron lo que les había sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
 LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio bíblico del texto.
 Este clásico texto que normalmente llamamos los discípulos de Emaús, porque era el pueblo a donde iban, nos lleva a la página más desarrollada de los elementos que Lucas, con su fineza quiere dejarnos como la gran herencia del cristianismo.
  Como estamos en Pascua, los domingos se siguen tomando textos alusivos a ese primer día de la semana en que Cristo Resucitó. De hecho así comienza el texto: “aquel mismo día…” y dice que iban dos de los discípulos. Recordemos algo importante. Jesús tenía 12 Apóstoles (que también obviamente eran sus discípulos, es decir, seguidores). Pero los discípulos eran muchos más. En algún lado nombra a
setenta y dos (ver Lucas 10,1). Estos dos, que nombra Lucas, aprovechando que había pasado el Sábado solemne y que podían ya huir de Jerusalén, se iban. Las traducciones son muchas del original griego, pero dice que mientras iban, estaban discutiendo acaloradamente. No era una conversación o discusión normal.
 Jesús, como era costumbre en los caminos de unirse a otros que van en la misma dirección, se pone a caminar con ellos. Nadie se extraña, porque era algo normal. Y Jesús sin que lo reconozcan, lanza una pregunta, que produce en ellos algo inmediatamente fuerte. Venían caminando y el texto dice que “se detuvieron tristes”, con el rostro afligido. Es que una pregunta, es como un dedo en la llaga. Ellos no pueden seguir caminando, porque el efecto de la pregunta, los trastorna. Viene el recuerdo, de lo sucedido. Entonces uno de los dos discípulos al que Lucas menciona con el nombre de Cleofás (puede ser el esposo de la otra María que estaba acompañando a la Virgen María la madre de Jesús en el Calvario –Ver Juan 19, 25-ss.), se dirige a Jesús en fuerte tono, habiendo detenido su marcha y le dice:
“eres tú el único que ha estado en Jerusalén estos días y no sabe lo que ha pasado?” le reprocha, porque la pregunta lo ofende, lo saca de sí mismo. Lo pone hasta enojado si se quiere. Pero Jesús que todo lo sabe, todo lo comprende y quiere lo mejor para todos vuelve a preguntar ¿Qué ha pasado?
 Jesús es quien mejor sabe lo que ha sucedido. Nadie mejor que Él que fue el protagonista de todo. Él sabe y pudo habérselos dicho. Pero Jesús suscita una pregunta para que salga del corazón de ellos la verdadera respuesta: “Lo de Jesús Nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo…” Aquí es cuando hay que prestar muchísima atención. Porque Lucas con gran y fina ironía, pondrá en boca de Cleofás algo muy interesante. El Kerygma, pero a medias.
 Kerygma, es una palabra griega que significa “Anuncio Gozoso” no es un anuncio cualquiera. Y en los escritos del Nuevo Testamento aparece de muchas formas. Es una estructura literaria. Y lleva estos elementos:
 1. Anuncio de Jesús, Profeta Poderoso en Obras y Palabras
2. La traición al Señor, su pasión y su muerte
3. Él sería el libertador de Israel (y la humanidad)
4. La resurrección de Jesús.
5. TODO SE ANUNCIA CON GOZO Y ALEGRÍA
 Pero curiosamente, Lucas pone en boca de Cleofás todos los elementos. Incluso dice que “algunas
mujeres llegaron diciendo que estaba vivo, es decir, el anuncio de Resurrección. Pero estos discípulos
que anuncian el kerygma lo hacen tristes, no tienen alegría, porque en el fondo no creen en que ha
resucitado. Es algo muy importante que pone Lucas en su Evangelio, un Kerygma a medias, un
Kerygma proclamado pero sin la fe en el resucitado. Que en vez de alegría produce tristeza.
 Es curioso darse cuenta que ellos mismos anuncian a Jesús que ha resucitado, pero no creen en eso…
 Jesús el Cristo, el viviente para siempre, les responde en tres tiempos: 
Primero: con la fuerte advertencia que se están equivocando. Es necesario sacudir a las personas y volverlas a la realidad que sus ojos cegados le impiden ver. (Un buen ejercicio es tomar varias traducciones al español y ver cómo se expresa Jesús en el versículo 25. Algunas traducciones dicen duros de corazón, lentos de entendimiento, tardos para creer, tontos y otros adjetivos más…) Segundo: con el anuncio bíblico de la historia de la salvación. Aquí está la clave interpretativa, leer la Biblia con ojos nuevos para entender el nuevo sentido.
Tercero: El cambio de actitud que solicita, porque al proclamar el designio del corazón, Jesús “calienta el corazón” desde el interior.
 El texto prosigue, con estos amigos que al anochecer, deciden invitar al forastero a que se quede con
ellos. Le dan el privilegio de dar gracias por el pan y es allí donde lo reconocen pero Jesús desaparece.
Y entonces vuelve el diálogo entre ellos recordando cómo les ardía el corazón cuando les explicaba las
Escrituras. Aún cuando tenían miedo y estaban huyendo, regresan esa noche en medio de los peligros
a Jerusalén y se encuentran con la comunidad reunida. Hay alegría plena en el corazón de Todos.
 Qué obra entonces un buen Kerygma:
1. Se abren los ojos (versículo 31)
2. Arde el corazón en el pecho (Versículo 32)
3. Nace la disposición para ir corriendo a anunciar a los otros, el mensaje que no se puede
contener (versículo 33)
4. Hay un encuentro con la comunidad creyente y a todos se les comunica el mensaje (verículos
34 y 35).
 Reconstruimos el texto:

1. ¿Cómo comienza este texto? ¿Qué día de la semana era?
2. ¿Quiénes van caminando y hacia dónde? ¿Porqué van de salida?
3. ¿Quién se aparece en medio del camino y qué les pregunta?
4. ¿Qué contestan ellos? ¿Qué vuelve a preguntar Jesús?
5. ¿Cómo es el discurso que ellos dan a Jesús qué contienen estas palabras?
6. ¿Está bien formulado o le falta algo al discurso?
7. ¿Qué les dice Jesús a estos dos? Luego, ¿Qué narra Jesús?
8. ¿Qué pasó cuando ellos se quedaron en la posada?
9. ¿Cuándo descubrieron que este forastero era Jesús?
10. ¿Qué pasó entonces? ¿Qué se dijeron el uno al otro?
11. ¿Qué hacen entonces?
12. ¿Con quiénes se encuentran y qué comparten?

MEDITACION: ¿Qué me o nos dice el texto?
 Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

1. Jesús, al igual que con los discípulos, se aparece en el camino de nuestra vida. ¿Soy capaz de
reconocerlo? ¿Hasta dónde me cuesta creer que Jesús está vivo, resucitado y me acompaña? 
2. ¿Cuáles son los obstáculos que pongo para creer en Jesús?
3. Cuando anuncio a Jesús ¿Es con alegría que traspasa? O ¿Mi anuncio de Jesús es con un sentido
de moral muy fuerte y grande? ¿Es un Jesús que en vez de alegría produce miedo, o tristeza?
4. ¿Soy consiente que al anunciar a Jesús así estoy haciendo un daño muy grande?
5. Cuando leo y medito las Sagradas Escrituras, ¿Mi corazón arde de alegría y amor?
6. ¿Me doy cuenta que para encontrarme con Jesús, el mejor método es conocer las Sagradas
Escrituras? ¿Con qué frecuencia hago oración con la Biblia, practico Lectio Divina?
7. Muchos se quejan que Dios no les habla. ¿Soy yo de esos? ¿Leo y oro con las Escrituras?
8. Los discípulos lo reconocieron al partir el Pan. ¿Mi vida de participación en la Eucaristía es
constante?
9. Los discípulos vencieron el miedo y las adversidades porque lo que tenían en el corazón era más grande. ¿Cuáles son las adversidades que yo debo superar para anunciar a Cristo?
 ORACION: ¿Qué le digo o decimos al Señor?
 Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora.
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:
 Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Confiamos que Tú estás con nosotros en el camino de la vida y en nuestra historia.
Que sepamos reconocerte Señor.
Perdona cuando nos cegamos y no creemos en Ti ni en tu Palabra ni en tus promesas.
Ven con nosotros Señor
Acompáñanos. Ven en el camino de la vida, para que te llevemos con gozo
Queremos sentir nuestro corazón arder. Explícanos las Escrituras.
Que tu Resurrección nos llene de gozo y sepamos vencer todas las adversidades.
Que el cansancio y el desánimo de la vida queden fuera.
Que no nos quedemos aislados contigo, porque Tú, nos quieres en la Iglesia formando comunidad.
Que amemos a tu Iglesia, Señor, que anunciemos tu verdad, tu misericordia y tu amor.
Que seamos discípulos y misioneros.
Amén
 CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos el texto?
 Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
 QUÉDATE CON NOSOTROS. (versículo 29 ) 

Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.

ACCION: ¿A qué me comprometo?
 Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
 Si estoy solo, busco leer el texto nuevamente preguntándome sobre mis actitudes frente a Jesús
resucitado. Mi incredulidad, mi solicitud de pruebas, de milagros. En un acto interior pedir perdón por la
incredulidad, y proponerse un acto de fe con confianza ciega. Como acto externo ir a conversar con
alguna persona que tenga problemas de fe. Presentarle claramente a Jesús, siguiendo los pasos del
Kerygma, pero hacerlo con un acto de servicio y ayuda. Especialmente a los más necesitados, a los más
pobres, a aquellos que más necesiten del Señor. Te dispones a ser misionero para alguna persona.

En el grupo. Analizar todos los componentes del Kerygma y preguntarse seriamente si los estamos
siguiendo. Si seguimos el plan de Jesús de llevar adelante un anuncio sistemático de Cristo Resucitado,
que cambie la vida y el corazón de las personas. Este escrito puede ayudarte. Y para demostrar a la
comunidad el proceso de cambio espiritual que se está viviendo, vamos a buscar en nuestro barrio o
lugar donde nos movemos a personas que necesiten una palabra de aliento en nombre de Cristo. Puede
ser visitar los enfermos de la comunidad (si es una parroquia, preguntar cuáles son los enfermos que
han solicitado la comunión, o ser creativos en la búsqueda) ir como grupo a visitarlos, animarlos,
consolarlos y hablarles de Cristo Resucitado. También pueden ser abuelitos que están más solitos y los
acompañamos con alegría cristiana.

domingo, 20 de abril de 2014

                              LECTIO DIVINA
                   Domingo II de Pascua Ciclo A
                 TEXTO BIBLICO: Juan 20, 19-31
                                    « ¡La paz esté con ustedes!»

                                       



20,19: Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos con las puertas bien cerradas, por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se colocó en medio y les dice:
 —La paz esté con ustedes.
 20,20: Después de decir esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron al ver al Señor.
 20,21: Jesús repitió:
 —La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió, así yo los envío a ustedes.
 20,22: Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: 
  —Reciban el Espíritu Santo. 20,23: A quienes les perdonen los pecados les quedarán perdonados; a quienes se los retengan les quedarán retenidos.
 20,24: Tomás, llamado Mellizo, uno de los Doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
 20,25: Los otros discípulos le decían:
 —Hemos visto al Señor.
 Él replicó:
 —Si no veo en sus manos la marca de los clavos, si no meto el dedo en el lugar de los clavos, y la mano por su costado, no creeré.
 20,26: A los ocho días estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa y Tomás con ellos. Se presentó Jesús a pesar de estar las puertas cerradas, se colocó en medio y les dijo:
 —La paz esté con ustedes.
 20,27: Después dice a Tomás:
 —Mira mis manos y toca mis heridas; extiende tu mano y palpa mi costado, en adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe.
 20,28: Le contestó Tomás:
 —Señor mío y Dios mío.
 20,29: Le dice Jesús:
 —Porque me has visto, has creído; felices los que crean sin haber visto.
 20,30: Otras muchas señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos, que no están relatadas en este libro. 20,31: Éstas quedan escritas para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él.

LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio bíblico del texto.

Estamos aún participando de la alegría de la Pascua, con Cristo Resucitado. Y en el Evangelio, Juan nos muestra el desarrollo de ese día domingo de Pascua, ahora ya en la tarde, Jesús se aparece a sus discípulos estando todas las puertas cerradas. Jesús a quien el Padre ha resucitado por la fuerza del
Espíritu Santo, va en búsqueda de su Iglesia, reunida en el Cenáculo.

Su primer saludo es otorgar la Paz. La palabra paz se describe a lo largo de todo el Antiguo Testamento.
Pero Jesús resucitado le da otro sentido, un sentido nuevo al Shalom bíblico. Antes, desear la Paz era para explicar que no había motivos de guerra. Para Jesús, la Paz es algo mayor, es algo interior, que se experimenta en los corazones humanos. Es la paz que nace de la alegría después de la tristeza, es cuando vemos enterrar a la semilla que muere y luego brota la planta, crece y da frutos. La paz es un proceso. No es la paz de los cementerios donde no sucede nada. La paz del resucitado es una paz activa, una paz que lleva a una acción inmediata, primero por la alegría y luego por la necesidad de comunicar la alegría recibida.

Por eso, después de dar la paz, viene la nueva fórmula: Así como el Padre me envió, yo los envío a ustedes. Es la paz misionera, la que se recibe con el envío de ser anunciador de Buenas Noticias. Por eso, 
Jesús ya resucitado, como en la primera página de la Biblia Dios sopla sobre el barro para que tenga vida, Él sopla sobre los Discípulos entregándoles el Espíritu Santo. Es la nueva vida en Cristo. Los discípulos reciben el don del Espíritu Santo y ahora tienen el poder de Dios, de perdonar los pecados.
¡Gran responsabilidad! aquella que Jesús confía a su Iglesia. A través de los Apóstoles, Jesús continúa su historia salvífica
 El episodio continúa con el conocido relato del momento en que estuvo Jesús con sus discípulos, y que justo Tomás no estaba en el grupo. Y que al regresar, ellos le cuentan y Tomás se niega a creer. Incluso dice — “Si no veo en sus manos la marca de los clavos, si no meto el dedo en el lugar de los clavos, y la mano por su costado, no creeré.” Y a la semana siguiente el texto continúa con otra aparición de Jesús, donde sí estaba Tomás y lo invita a corroborar que es Él. Tomás le dijo arrodillado: “Señor mío y Dios mío”. Las dos palabras son muy importantes: Señor, que significa “dueño”, y que en el idioma griego en que fue escrito habla de algo más, Señor, dueño de la Historia, no sólo de la Historia del universo, del mundo, de la humanidad, sino también dueño de mi historia personal. Dios, es la más alta y grande de todas las Palabras. Dios es aquel que está fuera del tiempo fuera de la historia, fuera de lo material. Es el
“inalcanzable”, que ahora vino en búsqueda de la humanidad para que le alcancemos. Por eso Tomás dice las dos palabras unidas al posesivo personal: “Señor mío, y Dios mío”. Tal vez para ser un buen cristiano, con esto sólo alcanza. Reconocer al Señor y Dios, que viene a salvarnos viene en nuestra ayuda, y querer tomar la decisión clara de escucharle, seguirle, anunciarle, proclamarle.

El texto termina con dos ideas fundamentales: “porque has visto has creído… felices los que crean sin ver” curiosamente la semana pasada Juan mismo dice que creyó porque vió. Ahora parece que él mismo se hace una autorreprimenda y lo deja por escrito. La segunda idea fundamental es que estas ideas están escritas para que creamos en Jesús, que es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo en Él tengamos vida. Que tengamos vida, eso es lo que importa para Juan, una vida plena, total, la que proviene de Dios, a través de su Hijo Jesucristo.

Reconstruimos el texto:

1. ¿Cómo comienza este texto? ¿Qué día de la semana en qué momento del día es?
2. ¿Quiénes estaban reunidos?
3. ¿Quién se apareció en medio de ellos? ¿Qué les dijo y qué les mostró?
4. ¿Qué fue lo que les repitió Jesús? ¿Quién lo había enviado a Él? ¿Qué les dice a los
discípulos sobre el envío?
5. ¿Cuál gesto hizo para decirles que recibieran el Espíritu Santo?
6. ¿Cuál de los discípulos no estaba presente? ¿Qué les dijo cuando le contaron?
7. ¿Qué pasó a la semana siguiente?
8. ¿Qué dijo el discípulo cuando reconoció a Jesús?
9. ¿Qué dijo Jesús al terminar?
10. ¿Porqué Juan dejó escritas todas estas cosas?
 
MEDITACION: ¿Qué me o nos dice el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

No dejemos estas ideas en el vacío, pues el Evangelio como Buena Noticia es para nosotros. Y por eso es importante que nos preguntemos sobre la vida.

1. Muchas veces me encierro por miedo a dar testimonio de mi fe, me encierro en actividades, lugares. Pero Jesús vuelve a aparecer en el camino de mi vida ¿Soy consciente que Jesús me busca?
2. ¿Entiendo que Jesús tiene como principio darme la paz, su paz? ¿Cuál es la diferencia entre la
Paz de Jesús y lo que opina el mundo sobre la paz?
3. Jesús envió a sus discípulos, al igual que el Padre lo había enviado a Él. ¿Entiendo que Jesús también me envía a mí a ser anunciador de su Buena Noticia? ¿Qué porcentaje de mi vida lo dedico a ser misionero? ¿Hago algunas actividades aisladas, algunas visitas, o tengo una actitud misionera permanente?
4. ¿Soy dócil al Espíritu Santo? ¿Le pido que me ilumine, que me llene de sus dones?
5. ¿Hasta qué punto yo me identifico con Tomás y digo: si no veo no creo? ¿Puedo describir las veces que me ha ocurrido? ¿Podría evitar esto y buscar una fe que no dependa de ver para creer?
6. Que pienso entonces de la frase: Felices los que creen sin ver…
7. ¿Entiendo que la lectura y oración con la Palabra de Dios me ayuda a creer que Jesús es el
Mesías y por medio de Él pueda tener vida plena?

ORACION: ¿Qué le digo o decimos al Señor?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora.
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias por venir a nuestra vida, a quedarte con nosotros.
Nuestra Historia sin Ti, está vacía. Quédate con nosotros.
Necesitamos tu Paz, haznos conscientes de la paz que nos ofreces.
Que seamos siempre portadores de tu Paz Señor.
Que el Espíritu Santo haga de nosotros su morada, y que reflejemos sus dones al mundo.
Te pido perdón por todas las veces que soy con Tomás, si no veo no creo…
Dame, Señor, la gracia de escuchar tus Palabras: Felices los que creen sin ver.
Que entienda que sólo creyendo en Ti tendré vida y encontraré lo que busca mi corazón.
Amén
 
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos el
texto?


Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
 Felices los que crean sin haber visto. (versículo 29 )
Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.

ACCION: ¿A qué me comprometo?
 Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
 Si estoy solo, buscaré releer el texto, para profundizar mi oración. Es Jesús quien se comunica conmigo a través de su Palabra. Pero debe haber algo que me lleve a un cambio de vida ¿Qué es? Tal vez puedas proponerte una actitud de fe más profunda, o si conoces alguna situación donde falta paz, ya sea en tu familia, grupo, amigos, allí ser mediador de la paz en nombre del Señor
 En el grupo. Plantearse las actitudes del miedo que a veces tenemos de ser cristianos de nombre y escondidos. ¿Cuántas veces somos así? Y para poder manifestar públicamente la fe, hacer alguna actividad que demuestre que sí somos cristianos y que creemos en Jesús, por sobre todas las cosas, disponiendo el tiempo para un momento de visita a quien más necesite que le estimulemos su fe, ancianos, enfermos, desamparados. Los que ustedes crean como grupo, que hay que ayudar y demostrar nuestro cambio.

lunes, 14 de abril de 2014

LECTIO DIVINA Domingo de Resurrección Ciclo A

                     LECTIO DIVINA
          Domingo de Resurrección Ciclo A
               


                             PRIMERA LECTURA: Hechos 10, 34.37-43
                            SALMO RESPONSORIAL: Salmo 117, 1-2.16-17.22-23
                             SEGUNDA LECTURA: Colosenses 3, 1-4

Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de
su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
 TEXTO BIBLICO: Juan 20, 1-9
«Vio y creyó»


20,1: El primer día de la semana, muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena va
al sepulcro y observa que la piedra está retirada del sepulcro. 20,2: Llega corriendo a donde estaban
Simón Pedro y el otro discípulo, el que era muy amigo de Jesús, y les dice:
 —Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
 20,3: Salió Pedro con el otro discípulo y se dirigieron al sepulcro. 20,4: Corrían los dos juntos; pero el
otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro.20,5: Inclinándose vio las sábanas en
el suelo, pero no entró. 20,6: Después llegó Simón Pedro, que le seguía y entró en el sepulcro.
Observó los lienzos en el suelo 20,7: y el sudario que le había envuelto la cabeza no en el suelo con
los lienzos, sino enrollado en lugar aparte.
 20,8: Entonces entró el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y
creyó. 20,9: Todavía no habían entendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los
muertos.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO


 

LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio bíblico del texto.

¡Aleluya! Con estas palabras nos saludamos Cristianamente, especialmente en el día del Señor, el día de
la Resurrección. Aleluia como palabra está en el Antiguo Testamento y viene de dos palabras hebreas,
que su significado es Alaben a Yahveh. O la alabanza es para para Yahveh. Por eso, y de tantas formas,
esta palabra nos refiere a la alegría y regocijo en Dios, pero principalmente en Pascua, es cuando
apropiadamente la usamos.

Este año, el texto del domingo de Pascua es del Evangelio según san Juan. Para el Evangelista, su gran
deseo al escribir es que “nuestra alegría sea completa” (ver el prólogo de Juan y el prólogo de la Primera
Carta de Juan). Pero esta alegría tiene un sentido, no es la alegría que proviene del externo, sino más
bien la alegría que viene de haber visto la luz que vino al mundo y creer en ella. Es un nuevo “estado de
ánimo”, proveniente no del exterior, sino del interior mismo de la persona, que habiendo encontrado un
sentido en su vida, porque Cristo lo ha dado. Es algo similiar cuando uno busca algo y después de mucho
lo encuentra. Así, la humanidad caída, buscaba desesperadamente la salida a esa trampa que había
tendido el demonio y en la que habíamos caído, que es el pecado y su consecuencia, la muerte. Ahora,
la muerte ha sido vencida. Veamos cómo lo relata Juan.

El primer día de la semana. Recordemos que desde el Génesis, en que se van poniendo los días de la
semana, el primer día es el que sigue al “Sabbat” o sea al Día de descanso. Comienza una nueva semana.
Estos días han tenido diferentes nombres. Pero es de saber que se trata después del día de reposo
obligatorio. Jesús es crucificado, muerto y sepultado en el viernes víspera del solemne sábado de
Pascua. Tuvieron tiempo de descender el cuerpo muerto de Jesús y ponerlo en la tumba de José de
Arimatea, ya estaba oscurenciendo, y comenzaba la vigilia del Sabbat. Había que quedarse en casa, no
estaba permitido caminar más de unos pasos ni estaba permitido hacer ninguna labor. Por eso ese día,
el último, todos reposan. Pero no han tenido el tiempo para ungir el cuerpo muerto de Jesús, con los
aceites y perfumes que se acostumbran. Hay que esperar que pase el sábado. Antes que saliera el sol al
día siguiente, salen (aunque Juan nombra sólo a la Magdalena). Y la gran pregunta que tendría en su
mente es cómo iría a correr la piedra… Ella iba a buscar a Jesús muerto, pero no lo encuentra. Corre para
avisar que “se han llevado el cuerpo del Señor” y Pedro y el discípulo amado corren para ver. Aunque
Juan llegó antes, dejó que Pedro entrara primero, vieron las sábanas con que habían envuelto a Jesús, y
el sudario que cubría su cabeza en otro lugar. Cuando entró el discípulo amado, al ver todo esto creyó.
Desde ese momento entendió lo que Jesús durante tanto tiempo les había explicado que según la
Escritura, debía resucitar de entre los muertos.

Vió y creyó son los dos verbos principales donde se centra el pasaje. María todavía no ha creído y la
veremos en el siguiente pasaje llorando mientras busca al Señor. Pedro no dice nada aún. Es Juan, el
discípulo amado, quien por ver, cree. El creer cambia la vida, cambia por completo. Ahora ya no es más
el discípulo de un gran maestro. Es discípulo del Señor muerto y resucitado!!!
Reconstruimos el texto:

1. ¿Qué día de la semana comienza el texto?
2. ¿Quién va a la tumba de Jesús?
3. ¿Qué pasa cuando llega a la tumba? ¿Cuál es la reacción de Magdalena?
4. ¿A quienes va a avisar?
5. ¿Cuáles son las palabras que ella les dice a Pedro y al discípulo amado?
6. ¿Qué hacen los discípulos?
7. ¿Quién llega primero? ¿Qué hace al llegar?
8. ¿Qué vieron dentro de la tumba de Jesús?
9. ¿Qué pasó en el interior del discípulo amado? ¿Cuáles son los dos verbos que usa para
describir su situación?

MEDITACION: ¿Qué me o nos dice el texto?

Estamos en el momento más importante de la Historia de la Humanidad. Luego de la
Encarnación, el misterio donde Dios se hace hombre, es ahora luego de la Pasión y Muerte,
cuando Jesús es resucitado por el Padre, como el primero entre todos, quien nos ofrece una nueva
vida a nosotros.

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

1. Muchas veces, en nuestra forma de expresar la religión, nos identificamos más con Jesús
muerto. ¿Buscamos a un Jesús muerto, estático, que no nos pregunte nada, que no nos llame ni
nos invite a nada, sino al que vamos a visitar al cementerio?
2. ¿Hasta qué punto me identifico con la necesidad de ver para creer?
3. Si yo tuviera que hacer un análisis de mi fe. ¿Cuáles serían los resultados? ¿Qué tipo de fe tengo
yo?
4. ¿Es la FE PASCUAL un motivo de alegría, de felicidad que me inunda por completo? ¿Es mi vida
reflejo de esta alegría completa?
5. ¿La fe la vivo a solas o la comparto con otras personas? ¿Cómo hago para ser un mejor discípulo
y atento misionero?

 ORACION: ¿Qué le digo o decimos al Señor?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora.
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias porque con tu Resurrección das sentido a nuestra vidas
Queremos estar siempre contigo Señor, no te abandonaremos

Nos disponemos a orar con la secuencia pascual que nos pone la liturgia de este día

Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte en singular batalla, y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta.
«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?» «A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los
ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea, allí el Señor aguarda; allí veréis los suyos la gloria de la Pascua. »
Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado; la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa.

CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos el texto?


Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para
que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

Vió y creyó. (versículo 8)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.

ACCIÓN: ¿A qué me comprometo?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo,. Te proponemos volver a leer el texto con calma, reposado. Mira las acciones de
Magdalena, de Pedro, del Apóstol amado. ¿Qué voy a hacer para demostrar mi fe pascual? Por lo pronto
es importante que pienses en alguna persona concreta y decidas firmemente compartir tu fe. Visitarla, 

hacer el acto de caridad más grande, ayudarle a encontrar un sentido a su vida con la fe cristiana.
Vencer el miedo del qué dirán… y llegar a ser misionero con esta persona concreta y real.

En el grupo. Comparte con todos los de tu grupo lo que significa una fe pascual. Y te invitamos a que
vayan todos a llevar la Alegría de Cristo Resucitado a personas que están solas, como un asilo de
ancianos, un horfanto, un hospital. Pueden hacer una actividad allí que enseñe nuestra alegría que nace
de la FE en el RESUCITADO.

domingo, 6 de abril de 2014

Domingo de Ramos Ciclo A

                        Bautizados en Misión    

 EN LA GRAN MISIÓN CONTINENTAL CON LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

                               LECTIO DIVINA
                       Domingo de Ramos Ciclo A
                      
PRIMERA LECTURA: Isaías 50, 4-7
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 21, 8-9.17-18a.19-20.23.24
SEGUNDA LECTURA: Filipenses 2, 6-11

Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de
su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén

TEXTO BIBLICO: Mateo 26, 14-27; 27, 1-66
«Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?»

26,14: Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, se dirigió a los sumos sacerdotes 26,15: y
les propuso:
 —¿Qué me dan si se los entrego?
 Ellos se pusieron de acuerdo en treinta monedas de plata. 26,16: Desde aquel momento buscaba
una ocasión para entregarlo.
 26,17: El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
 —¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
 26,18: Él les contestó:
 —Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: El maestro dice: mi hora está próxima; en
tu casa celebraré la Pascua con mis discípulos.
 26,19: Los discípulos prepararon la cena de Pascua siguiendo las instrucciones de Jesús.
 26,20: Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. 26,21: Mientras comían, les dijo:
 —Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar.
 26,22: Muy tristes, empezaron a preguntarle uno por uno:
 —¿Soy yo, Señor?
 26,23: Él contestó:
 —El que se ha servido de la misma fuente que yo, ése me entregará. 26,24: El Hijo del Hombre se
va, como está escrito de él; pero, ¡ay de aquél por quien el Hijo del Hombre será entregado! Más le
valdría a ese hombre no haber nacido.
 26,25: Le dijo Judas, el traidor: 

 —¿Soy yo, maestro?
 Le responde Jesús:
 —Tú lo has dicho. 26,26: Mientras cenaban, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo
dio a sus discípulos diciendo:
 —Tomen y coman, esto es mi cuerpo.
 26,27: Tomando la copa, pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo:
 —Beban todos de ella,

27,1: A la mañana siguiente los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo tuvieron una deliberación
para condenar a Jesús a muerte. 27,2: Lo ataron, lo condujeron y lo entregaron a Pilato, el
gobernador.
 27,3: Entonces Judas, el traidor, viendo que lo habían condenado, se arrepintió y devolvió las treinta
monedas a los sumos sacerdotes y ancianos, 27,4: diciendo:
 —He pecado entregando a un inocente a la muerte.
 Le contestaron:
 —Y a nosotros, ¿qué? Eso es problema tuyo.
 27,5: Arrojó el dinero en el santuario, se fue y se ahorcó. 27,6: Los sumos sacerdotes, recogiendo el
dinero, dijeron:
 —No es lícito echarlo en la alcancía, porque es precio de una vida.
 27,7: Y, después de deliberar, compraron el Campo del Alfarero para sepultura de
extranjeros. 27,8: Por eso aquel campo se llama hasta hoy, Campo de Sangre.
 27,9: Así se cumplió lo que profetizó Jeremías:
 Tomaron las treinta monedas,
 precio del que fue tasado,
 del que tasaron los israelitas,
 27,10: y con ello pagaron
 el campo del alfarero;
 según las instrucciones del Señor.
 27,11: Jesús fue llevado ante el gobernador, el cual lo interrogó:
 —¿Eres tú el rey de los judíos?
 Contestó Jesús:
 —Tú lo has dicho.
 27,12: Pero, cuando lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos no respondía nada.
 27,13: Entonces le dice Pilato:
 —¿No oyes de cuántas cosas te acusan?
 27,14: Pero no respondió una palabra, con gran admiración del gobernador.
 27,15: Por la Pascua acostumbraba el gobernador soltar a un prisionero, el que la gente
quisiera. 27,16: Tenía entonces un preso famoso llamado [Jesús] Barrabás. 27,17: Cuando estaban
reunidos, les preguntó Pilato:
 —¿A quién quieren que les suelte? ¿A [Jesús] Barrabás o a Jesús, llamado el Mesías?27,18: Ya que
le constaba que lo habían entregado por envidia.
 27,19: Estando él sentado en el tribunal, su mujer le envió un recado: No te metas con ese inocente,
que esta noche en sueños he sufrido mucho por su causa.
 27,20: Mientras tanto los sumos sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud para que
pidieran la libertad de Barrabás y la condena de Jesús.
 27,21: El gobernador tomó la palabra:
 —¿A cuál de los dos quieren que les suelte?
 Contestaron: —A Barrabás.
 27,22: Responde Pilato:
 —¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?
 Contestan todos: 
—Crucifícalo.
 27,23: Él les dijo:
 —Pero, ¿qué mal ha hecho?
 Pero ellos seguían gritando:
 —Crucifícalo.
 27,24: Viendo Pilato que no conseguía nada, al contrario, que se estaban amotinando, pidió agua y
se lavó las manos ante la gente diciendo:
 —No soy responsable de la muerte de este inocente. Es cosa de ustedes.
 27,25: El pueblo respondió:
 —Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos.
 27,26: Entonces les soltó a Barrabás, y a Jesús lo hizo azotar y lo entregó para que lo crucificaran.
 27,27: Entonces los soldados del gobernador condujeron a Jesús al pretorio y reunieron en torno a él
a toda la guardia. 27,28: Lo desnudaron, lo envolvieron en un manto escarlata, 27,29: trenzaron una
corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y pusieron una caña en su mano derecha. Después,
burlándose, se arrodillaban ante él y decían:
 —¡Salud, rey de los judíos!
 27,30: Le escupían, le quitaban la caña y le pegaban con ella en la cabeza.27,31: Terminada la
burla, le quitaron el manto y lo vistieron con su ropa. Después lo sacaron para crucificarlo.
 27,32: A la salida encontraron un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a cargar con la
cruz. 27,33: Llegaron a un lugar llamado Gólgota, es decir, Lugar de la Calavera,27,34: y le dieron a
beber vino mezclado con hiel. Él lo probó, pero no quiso beberlo.27,35: Después de crucificarlo, se
repartieron a suertes su ropa 27,36: y se sentaron allí custodiándolo.
 27,37: Encima de la cabeza pusieron un letrero con la causa de la condena: Éste es Jesús, rey de los
judíos. 27,38: Con él estaban crucificados dos asaltantes, uno a la derecha y otro a la izquierda.
 27,39: Los que pasaban lo insultaban moviendo la cabeza 27,40: y diciendo:
 —El que derriba el santuario y lo reconstruye en tres días que se salve; si es Hijo de Dios, que baje
de la cruz.
 27,41: A su vez, los sumos sacerdotes con los letrados y los ancianos se burlaban diciendo:
 27,42: —Salvó a otros, y no puede salvarse a sí mismo. Si es rey de Israel, que baje ahora de la cruz
y creeremos en él. 27,43: Ha confiado en Dios: que lo libre si es que lo ama. Pues ha dicho que es
Hijo de Dios.
 27,44: También los asaltantes crucificados con él lo insultaban.
 27,45: A partir de mediodía se oscureció todo el territorio hasta media tarde.
 27,46: A media tarde Jesús gritó con voz potente:
 —Elí, Elí, lema sabactani, o sea: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
 27,47: Algunos de los presentes, al oírlo, comentaban:
 —Está llamando a Elías.
 27,48: Enseguida uno de ellos corrió, tomó una esponja empapada en vinagre y con una caña le dio
a beber.
 27,49: Los demás dijeron:
 —Espera, a ver si viene Elías a salvarlo.
 27,50: Jesús, lanzando un nuevo grito, entregó su espíritu.
 27,51: El velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo, la tierra tembló, las piedras se
partieron, 27,52: los sepulcros se abrieron y muchos cadáveres de santos resucitaron. Y, cuando él
resucitó, 27,53: salieron de los sepulcros y se aparecieron a muchos en la Ciudad Santa.
 27,54: Al ver el terremoto y lo que sucedía, el centurión y la tropa que custodiaban a Jesús decían
muy espantados:
 —Realmente éste era Hijo de Dios.
 27,55: Estaban allí mirando a distancia muchas mujeres que habían acompañado y servido a Jesús
desde Galilea. 27,56: Entre ellas estaban María Magdalena, María, madre de Santiago y José, y la 

madre de los Zebedeos.
 27,57: Al atardecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo
de Jesús. 27,58: Se presentó ante Pilato y le pidió el cadáver de Jesús.
 Pilato mandó que se lo entregaran. 27,59: José lo tomó, lo envolvió en una sábana de lino
limpia, 27,60: y lo depositó en un sepulcro nuevo que se había excavado en la roca; después hizo
rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro y se fue.
 27,61: Estaban allí María Magdalena y la otra María sentadas frente al sepulcro.
 27,62: Al día siguiente, el que sigue a la vigilia, se reunieron los sumos sacerdotes con los fariseos y
fueron a Pilato 27,63: a decirle:
 —Señor, recordamos que aquel impostor dijo cuando aún vivía que resucitaría al tercer
día. 27,64: Manda que aseguren el sepulcro hasta el tercer día, no vayan a ir sus discípulos a robar el
cadáver, para decir al pueblo que ha resucitado de entre los muertos. Este engaño sería peor que el
primero.
 27,65: Les respondió Pilato:
 —Ahí tienen una guardia: vayan y asegúrenlo como saben.
 27,66: Ellos aseguraron el sepulcro poniendo sellos en la piedra y colocando la guardia.

BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO

LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio bíblico del texto.

Durante el Domingo de Ramos, la Iglesia nos presenta los textos de la Pasión del Señor. Luego de esta
entrada solemne en Jerusalén, continuando los textos bíblicos, vemos que Jesús entró para dar su vida
en rescate por la nuestra. Tomaremos sólo algunas de las ideas centrales.

En la primera parte que está en el Capítulo 26, vemos la traición de Judas. Aquí un dato interesante es
que en el texto el verbo “entregar” está cinco veces expuesta, pero en dos contextos diferentes.

Por un lado vemos a Judas, “entregando” al Señor en manos de sus verdugos. Pero por otro lado, vemos
a Jesús que se “entrega” a sí mismo, para cumplir la voluntad del Padre.

Judas recibió una suma irrisoria, que eran treinta monedas de plata, que era la compensación que se
daba cuando una persona mataba al esclavo de otra.

Es en la cena pascual, donde Jesús anuncia que uno lo va a “entregar” y todos preguntan “Señor, seré
yo?” salvo Judas, que en vez de decirle Señor se dirige a él y le dice “seré yo Maestro”. Pués, Judas, ya
no reconoce a Jesús como el Señor. Así lo dice el texto.

Judas luego se ahorcó, pues si bien su traición fue gravísima, también lo fueron las negaciones de Pedro.
Pero Pedro pudo arrepentirse y fue perdonado, Judas no creyó en el perdón, él se juzgó a sí mismo y
prefirió pagar orgullosamente su pecado. Fue incapaz de dejarse amar por Dios.
 

Mateo narra con detalle el injusto momento de acusación a Jesús. Pilato finalmente se lava las manos y
lo entrega para que lo crucifiquen. Otra vez está el verbo entregar… y lo llevan al lugar llamado Gólgota
(que significa de la Calavera). En ese pequeño cerro, en las afueras de Jerusalén, la tradición judía tenía
un pequeño lugar, en el que veneraban la tumba de Adán, o su cráneo. Adán, es la representación de
toda la humanidad, y su pecado, es el pecado de todo el género humano. No significa que fuera la
tumba real, sino la representación memorial, en aquel lugar, del destino de la humanidad caída.
Representaba a todos los que en Adán han muerto y morirán. Justo arriba, estaba la cruz de Jesús. En el
credo recitamos que Jesús descendió a los infiernos. Esto significa a las profundidades, ¿A dónde fue
Jesús? Justamente abajo, a la tumba que representaba toda la humanidad en la que la muerte había
triunfado antes, para redimirla.

Pasando al momento de la crucifixión de Jesús, tan conocida, tomemos esta idea fundamental: Cristo
reina desde el trono de su cruz. La sentencia de muerte era esa: Jesús Nazareno Rey de los Judíos. Jesús
vino a reinar, pero no como los reyes poderosos que vinieron a sentarse en tronos, y dictaminar leyes
muy duras. Como dijo el Papa Francisco, en su primera Eucaristía, si predicamos a un Cristo sin cruz,
nuestra prédica es la de una ONG y no de la Iglesia Cristiana. Muchas cosas podemos decir del momento
de la Pasión, pero una es la más importante: Jesús se entregó a sí mismo, para rescatarnos a nosotros. Y
nos dio ejemplo con su propio sacrificio.

Jesús en la Cruz exclama: Dios mío, Dios mío, porqué me has abandonado. Y lamentablemente muchos
predicadores que desconocen la Sagrada Escritura y las tradiciones del Pueblo de Israel, explican muy
mal este pasaje. La costumbre judía de aprenderse los salmos de memoria nos remite a este momento.
Cuando alguien quería recordar un Salmo, simplemente lo comenzaba a recitar para que todos lo
siguieran (como nos pasa cuando decimos en voz alta: “¡Recemos! Y comenzamos… Padre Nuestro… -
todos seguirán recitando la oración del Padrenuestro…). Jesús nunca se sintió abandonado del Padre,
eso es hasta una blasfemia. Jesús está comenzando a recitar el Salmo 22, que comienza justamente así:
“Dios mío, Dios mío, porqué me has abandonado…” pero este salmo (que también puede tener la otra
numeración entre paréntesis como 21), narra prácticamente toda la pasión, culmina diciendo que todos
los confines de la tierra se volverán hacia el Señor. Porque el Señor es Rey y gobierna a Todos. El salmo
22 comienza narrando la tristeza, que se transformará en la alegría permanente.

Pero no habrá acción del Señor, sin su cruz, donde Él Reina.

Reconstruimos el texto:

1. ¿Quién entregó a Jesús? ¿Qué le ofrecieron a cambio?
2. ¿En qué momento anunció Jesús que sería entregado?
3. ¿Qué dijo Jesús dando el Pan y dando el vino?
4. Presentaron a Jesús ante Pilato, ¿Cuál fue la pregunta que éste le hizo al Señor?
5. ¿Qué dijo la esposa de Pilato sobre Jesús?
6. Cuando Pilato se lavó las manos diciendo que era inocente ¿Qué respondió el pueblo?
7. ¿Cómo se llamaba el lugar donde crucificaron a Jesús y qué significa? 
8. ¿Qué le decían los sumos sacerdotes a Jesús crudificado?
9. ¿Qué gritó Jesús con voz potente? ¿Qué Salmo estaba recitando?

MEDITACION: ¿Qué me o nos dice el texto?

Para nuestra Meditación, recordamos que no existe un cristianismo light, un cristianismo sin cruz, un
cristianismo que sólo se quede en momentos sentimentales. Recordar el momento de la pasión y
muerte del Señor, es también la centralidad de nuestra fe. Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús,
conformarán la noticia esperada. Pero no podemos quitar nada a este anuncio para que sea completo y
para que sea salvífico.

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

1. ¿Con cuáles personajes me identifico más de esta narración y porqué?
2. ¿Soy consciente que Cristo sin su cruz, no tendría el sentido completo en mi vida?
3. ¿Qué significa abrazar la cruz de Cristo en mi propia vida?
4. ¿Acepto las ofensas y humillaciones que pueden sucederme?
5. ¿Me glorío de Cristo Crucificado?
6. ¿Me he sentido como dice el Salmo 22 como “abandonado por Dios? ¿Soy capaz de completar
este proceso de dificultad llegando al fin del salmo donde Cristo Reina?
7. ¿Cómo dejo a Cristo reinar en mi vida?

ORACION: ¿Qué le digo o decimos al Señor?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora.
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor, te
propongo que hoy usemos algunos párrafos del salmo 22 para orar:

22,2 : ¡Dios mío, Dios mío!,
¿por qué me has abandonado?,
¿por qué estás ajeno a mi grito,
al rugido de mis palabras?

22,3 : Dios mío, te llamo de día y no respondes,
de noche y no hallo descanso;
22,4 : aunque tú habitas en el santuario,
gloria de Israel.

22,5 : En ti confiaban nuestros padres,
confiaban y los ponías a salvo;
22,6 : a ti clamaban y quedaban libres,
en ti confiaban y no los defraudaste.
 
22,7 : Pero yo soy un gusano, no un hombre:
vergüenza de la humanidad, asco del pueblo;
22,8 : al verme se burlan de mí,
hacen muecas, menean la cabeza:
22,9 : Acudió al Señor, que lo ponga a salvo,
que lo libre si tanto lo ama.

22,10: Fuiste tú quien me sacó del vientre,
me confiaste a los pechos de mi madre;
22,11: desde el seno me encomendaron a ti
desde el vientre materno tú eres mi Dios.
22,12: No te quedes lejos,
que el peligro se acerca y nadie me socorre.

22,13: Me acorrala un tropel de novillos,
toros de Basán me cercan;
22,14: abren contra mí sus fauces:
leones que descuartizan y rugen.

22,15: Me derramo como agua,
se me descoyuntan los huesos;
mi corazón, como cera,
se derrite en mi interior;

22,16: mi garganta está seca como una teja,
la lengua pegada al paladar.
¡Me hundes en el polvo de la muerte!

22,17: Unos perros me acorralan,
me cerca una banda de malvados.
Me inmovilizan las manos y los pies,

22,18: puedo contar todos mis huesos.
Ellos me miran triunfantes:
22,19: se reparten mis vestidos,
se sortean mi túnica.

22,20: Pero tú, Señor, no te quedes lejos,
Fuerza mía, ven pronto a socorrerme;

22,21: libra mi vida de la espada,
mi única vida, de las garras del mastín;

22,22: sálvame de las fauces del león,
defiéndeme de los cuernos del búfalo.
22,23: Contaré tu fama a mis hermanos,
te alabaré en medio de la asamblea:

22,24: Fieles del Señor, alábenlo,
descendientes de Jacob, glorifíquenlo,
témanlo, descendientes de Israel,
 

22,25: porque no ha desdeñado ni despreciado
la desgracia del desgraciado,
no le ha escondido su rostro;
cuando pidió auxilio, lo escuchó.

22,26: Te alabaré sin cesar en la gran asamblea:
cumpliré mis votos ante los fieles.

22,27: Comerán los pobres hasta saciarse
y alabarán al Señor los que lo buscan:
¡No pierdan nunca el ánimo!

22,28: Lo recordarán y se volverán al Señor
todos los confines de la tierra,
se postrarán en su presencia
todas las familias de los pueblos;

22,29: porque el Señor es Rey, él gobierna a los pueblos.
22,30: Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,
en su presencia se encorvarán los que bajan al polvo.

Mi vida la conservará.
22,31: Mi descendencia le servirá,
hablará de mi Dueño a la generación venidera
22,32: contará su justicia al pueblo por nacer:
Así actuó el Señor.

CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos el
texto?


Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para
que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.
(versículo 46 )

Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.


 ACCION: ¿A qué me comprometo?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo, volver a leer el texto bíblico, pensando en mi nueva manera de actuar. Y tomar una
decisión de cambio radical, especialmente ante las adversidades. Cómo demostrar mi cristianismo
sincero, con las personas que me hacen daño, que me hacen mal. Busca la manera de hacer una buena
acción especialmente con alguna de estas personas que en tu corazón no entra.

En el grupo. En el grupo puedes releer el texto y preparar a los demás miembros de la comunidad con
una cartelera que indique los verbos esenciales del texto, como entregar, o alguno que les parezca
oportuno. Pero nunca mejor momento de hacer una obra de caridad, visitando personas que necesitan
de nuestro tiempo, de nuestro amor y nuestro servicio real y concreto.

Circulos Biblicos

Circulos Biblicos
Nuestra . Sra . del Rosario de Fatima Parroquia

ARQUIDIOCESIS