PRIMERA LECTURA: Jeremías 20, 7-9
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 62, 2-6.8-9
SEGUNDA LECTURA: Romanos 12, 1-2
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras
conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender
lo que el Padre quiere decirnos a través de
su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en
nosotros.
Amén
TEXTO BIBLICO: Mateo 16, 21-27
«El que quiera venir, que cargue con su cruz y me siga»
16,21: A partir de entonces Jesús comenzó a explicar a sus
discípulos que debía ir a Jerusalén, padecer
mucho por causa de los ancianos, sumos sacerdotes y
letrados, sufrir la muerte y al tercer día resucitar.
16,22: Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderlo:
—¡Dios no lo permita,
Señor! No te sucederá tal cosa.
16,23: Él se volvió y dijo a Pedro:
—¡Retírate, Satanás!
Quieres hacerme caer. Piensas como los hombres, no como Dios.
16,24: Entonces Jesús dijo a los discípulos:
—El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con
su cruz y me siga.16,25: El que quiera
salvar su vida la perderá; pero quien pierda la vida por mi
causa la conservará. 16,26: ¿De qué le vale al
hombre ganar todo el mundo si pierde su vida?, ¿qué precio
pagará por su vida? 16,27: El Hijo del
Hombre ha de venir con la gloria de su Padre y acompañado de
sus ángeles. Entonces pagará a cada uno
según su conducta.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio Bíblico.
Durante el Ciclo Litúrgico A, la Iglesia nos va presentando
el seguimiento de Jesús el Señor a través del
Evangelio de Mateo. Para este próximo domingo, el texto
sigue al domingo anterior, donde Pedro lo
reconoce como el Mesías Salvador.
Inmediatamente Jesús le dice a sus discípulos sobre lo que
le ocurrirá, sufrirá mucho en manos de los
judíos más relevantes de la sociedad, y anuncia que lo
matarán y que resucitará. Pero los discípulos
escuchando esto no lo entienden.
Pedro mismo, quien lo había reconocido como el Mesías, ahora
reprende al Señor y le dice que eso no
puede suceder nunca, porque Pedro espera a un Mesías muy
humano... Jesús lo trata muy severamente
diciéndole que no debe interponerse en los planes de Dios
por pensar en sus propios planes.
Curiosamente son los mismos términos que había usado el
mismo Pedro en la pesca milagrosa cuando le
dijo a Jesús: “Apártate de mí, porque soy un pecador” (Lucas
5, 8). Jesús usa estas mismas palabras pero
le dice “Apártate de mí, Satanás”. (La palabra satanás, es
usada aquí como aquel adversario que impide
o bloquea el camino. Una traducción no tan literal pero más
explícita, podría decir, “córrete de mi
camino, no me obstaculices donde debo ir”). Jesús le aclara
a Pedro que está pensando como los seres
humanos, pero no está pensando como Dios. El plan que Dios
tiene es salvar a la humanidad concreta y
el mesías no es aquel que vendría a liberar a Israel con el
poder de la espada, sino a abrir sus fronteras
con el poder del amor redentor. Costará mucho tiempo para
Pedro y los demás discípulos entender todo
esto de Jesús.
Con todo esto, Jesús no revoca la misión que le había
confiado a Pedro: de ahí que debamos reconocer
que la Iglesia, desde “la roca” “la Piedra” de su
fundamento, aunque está constituida por hombres
frágiles, permanecerá firme e inmortal para siempre, porque
Cristo mismo es quien está presente.
Aquí se ve claro entonces el anuncio que el camino de los
discípulos deberá seguir las huellas de su
Maestro: Ser discípulo implica también compartir los
sufrimientos, humillaciones, aparentes fracasos y
así se podrá compartir la victoria de Jesús.
Jesús, entonces a través de este texto asegura a través de
la Revelación que en Él se realizan y unifican
las tres figuras proféticas del Antiguo Testamento, que
parecen tan distintas, pero en definitiva hablan
del mismo tema:
1. La Escatológica, del Hijo del Hombre (el Antiguo
Testamento presenta quién juzgará al
fin de los tiempos).
2. La Real, del Mesías, es decir que en Jesús se cumplen las
profesías del Antiguo
Testamento sobre quien vendría a reinar definitivamente
3. La Misteriosa, que es la del siervo sufriente, presentada
por los profetas. El mesías
pasaría una prueba muy fuerte antes de entrar en la gloria.
Aquí Jesús anuncia esto. Pero el tema principial es el
discipulado, el seguimiento y las condiciones para
seguir a Jesús. Las frases siguientes son muy fuertes, pero
debemos entenderlas en el contexto que
Jesús las ofrece:
1. El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue
con su cruz y me siga.
2. El que quiera salvar su vida la perderá; pero quien
pierda la vida por mi causa la
conservará.
3. ¿De qué le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde
su vida?
4. ¿qué precio pagará por su vida?
Al final, Jesús anuncia que después de su muerte, resucitará
y luego volverá en su Gloria y pagará a cada
uno según su conducta.
Reconstruimos el texto:
1. ¿Cómo comienza el texto? ¿Hacia dónde debía ir Jesús para
sufrir?
2. ¿Quiénes serían los que maltratarían a Jesús?
3. ¿Luego de su muerte, qué dice Jesús que ocurrirá?
4. ¿Quién fue el que tomó aparte a Jesús y le dijo que
quería impedir que todo eso
ocurriera?
5. ¿Qué le dijo Jesús?
6. ¿Con qué términos se dirigió a los discípulos? ¿Cuáles
serían las condiciones para seguir
a Jesús?
7. ¿Cómo termina el texto?
2.- MEDITACION: ¿Qué me o nos dice el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta
Palabra de Salvación:
1. Jesús anuncia que lo maltratarán, lo matarán y luego
resucitará. ¿Soy como Pedro que quiere
impedir el plan de Dios? ¿Cuántas veces yo he pensado. Si
hubiera vivido en la época de Jesús, a
Él no lo hubieran matado? ¿Será que soy así?
2. ¿En qué momentos el Señor podría decirme: Apártate de mí,
Satanás? ¿Cuándo soy un
obstáculo para los planes del Señor?
3. De las condiciones que Jesús pone para seguirlo, ¿Cuáles
son las que me cuestan más y no las
cumplo?
4. ¿Qué significa negarse a sí mismo? ¿Cargar con la propia
cruz? ¿Seguir al Señor?
5. ¿Quisiera yo un discipulado sin cruz? ¿Quisiera sólo
quedarme con un Cristo que da buenas
enseñanzas pero rechazo la cruz del Señor y la propia?
6. ¿Cómo entiendo esto de perder la vida por el Señor para
salvar la propia? ¿Me doy cuenta que
seguir al Señor implica renuncias de mi propia vida?
7. ¿Cómo entiendo yo la frase: “de que sirve a un hombre
ganar todo el mundo si pierde su vida”?
8. ¿Me doy cuenta que el Seguimiento de Jesús es más importante
que todas las cosas materiales y
de poder?
9. ¿Espero la venida del Señor con serenidad y gozo porque
en el juicio, mi conducta será juzgada
bien?
3.- ORACION: ¿Qué le digo o decimos al Señor?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos
queriendo escuchar su Palabra Salvadora.
Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor. Te
propongo que oremos con el Salmo 62:
62,2: Sólo en Dios encuentro descanso, de él viene mi
salvación.
62,3: Sólo él es mi roca, mi salvación, mi alcázar: jamás
vacilaré.
62,4: ¿Hasta cuándo arremeterán contra uno, para abatirlo
todos juntos como a una pared que cede o a
una tapia que se desploma?
62,5: Sólo piensan en derribarme de mi altura, se complacen
en la mentira: con la boca bendicen, con el
corazón maldicen.
62,6: Sólo en Dios encuentro descanso, de él viene mi
salvación.
62,7: Sólo él es mi roca, mi salvación, mi alcázar: jamás
vacilaré.
62,8: En Dios está mi salvación y mi gloria, mi roca firme,
mi refugio está en Dios.
62,9: Ustedes confíen siempre en él, desahoguen con él su
corazón, que Dios es nuestro refugio.
62,10: Sólo un soplo son los plebeyos, los nobles, mera
apariencia, todos juntos en la balanza pesarían
menos que un soplo.
62,11: No confíen en la opresión, no se ilusionen con el
robo; a las riquezas, si aumentan, no les
entreguen el corazón.
62,12: Dios ha hablado una vez, dos veces le he oído: Que
Dios tiene el poder,
62,13: tuya, Señor, es la misericordia; que tú pagarás a
cada uno según sus obras.
4.- CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo o
interiorizamos el texto?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias
veces este versículo del Evangelio para
que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que
vaya entrando a nuestro corazón:
El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con
su cruz y
me siga (Versículo 24)
Y así nos ponemos a interiorizar esta Palabra de Salvación.
5.- ACCION: ¿A qué me comprometo?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio,
entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, voy a volver a leer el texto con mucha paz y
pedirle al Señor que me ayude a interpretar
bien todas sus Palabras. Como es tan claro, ver de
analizarse si en verdad me estoy buscando a mí
mismo, mi prestigio, mi poder, mi deseo de aparentar
católico, en vez de buscar al Señor. Y como acto
para negarse a sí mismo te propongo que realices alguna
acción que sea humilde y te ayude a encontrar
este proceso de desprendimiento de sí para llegar a imitar
al Señor. Puede ser ir a ayudar en lugares
muy pobres con servicios humildes como limpieza, cuidado de
personas, algo que me demuestra que sí
sigo al Señor.
En el grupo, vamos a hacer un análisis de situaciones donde
como grupo podemos ser un obstáculo
para el Señor y para que los demás crean en Jesús. Y tratar
de superarlo. Tomaremos las frases de Jesús
para analizarlas y nos propondremos hacer una obra de
caridad entre las personas necesitadas de
nuestra comunidad, así vamos demostrando nuestro deseo de
servicio y humildad.