Material Asamblea 2010 P.D.M

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La Lectio Divina Dominical Domingo 14 de Septiembre de 2014 Domingo XXIV del Tiempo Ordinario -

La Lectio Divina Dominical   Domingo 14 de Septiembre de 2014  Domingo XXIV del Tiempo Ordinario -
TEXTO BIBLICO Mateo 18, 21 - 35 Dale click en la imagen

miércoles, 13 de febrero de 2013

Domingo 1 Tiempo Cuaresma Ciclo C Febrero 17 de 2013


PREPARACIÓN ESPIRITUAL
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de sabiduría:
dame mirada y oído interior
para que no me apegue a las cosas materiales,
sino que busque siempre las realidades del Espíritu.
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de amor:
haz que mi corazón
siempre sea capaz de más amor.
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de verdad:
concédeme llegar al conocimiento de la verdad
en toda su plenitud.
Ven a mí, Espíritu Santo,
agua viva que lanza a la vida eterna:
concédeme la gracia de llegar
a contemplar el rostro del Padre
en la vida y en la alegría sin fin.
Amén.
(San Agustín)
TEXTO BÍBLICO: Lc 4,1-13
1
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto.
2
Allí estuvo
cuarenta días, y el diablo lo puso a prueba. No comió nada durante esos días, así que después
sintió hambre.                        


3
El diablo entonces le dijo:
— Si de veras eres Hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan.
4
Jesús le contestó:
— La Escritura dice: “No sólo de pan vivirá el hombre.”

5
Luego el diablo lo levantó y, mostrándole en un momento todos los países del mundo,
6
le dijo:
— Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países. Porque yo lo he recibido, y se lo
daré al que quiera dárselo.
7
Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo.
8
Jesús le contestó:
— La Escritura dice: “Adora al Señor tu Dios, y sírvele sólo a él.”
9
Después el diablo lo llevó a la ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo y le
dijo:
— Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo desde aquí;
10
porque la Escritura dice:
“Dios mandará que sus ángeles te cuiden y te protejan.
11
Te levantarán con sus manos, para que
no tropieces con piedra alguna.”
12
Jesús le contestó:
— También dice la Escritura: “No pongas a prueba al Señor tu Dios.”
13
Cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por algún
tiempo.
1. LECTURA
¿Qué dice el texto?
 Algunas preguntas para ayudarte en la lectura atenta…
¿En qué lugar se desarrolla el evangelio que hoy meditas? ¿Cuáles son los personajes que se
encuentran presentes? ¿Cómo responde  Jesús a las  tentaciones del diablo? ¿Cuáles son las
tentaciones que le presentan a Jesús?
 Algunas consideraciones para una lectura provechosa…
El texto de hoy es del primer domingo de cuaresma y por eso no continúa la secuencia que
veníamos leyendo.  Se nos presenta el episodio conocido como “las tentaciones de Jesús”,  pero
si bien el texto habla de eso, para ser más justos tendríamos que decir: “la victoria de Jesús sobre
las tentaciones”.
El pasaje tiene una introducción que muestra a Jesús lleno del Espíritu Santo que lo conduce al
desierto, y allí es tentado por el diablo (vv.1-2a).  Luego se narra la victoria de Jesús sobre las
tres tentaciones, con un esquema similar: El diablo tienta y Jesús vence respondiendo con la                        


Escritura  (vv.2b-12).  Finalmente concluye el texto diciendo que el diablo se marcha “hasta el
momento oportuno” (v.13).
El Evangelio de Lucas que destaca la presencia y la obra del Espíritu, presenta a Jesús lleno del
Espíritu Santo y conducido por él en el desierto. Este estar lleno del Espíritu retoma el Bautismo
de Jesús narrado un poco antes (3,22).  Jesús que es consagrado por el Espíritu, se mantiene en
pleno acuerdo con él y hay una solidaridad intrínseca en el ser y en el obrar entre el Espíritu y el
Mesías.
Este “llevar al desierto”, “ser tentado” y el número “cuarenta” evocan el paso del pueblo de Israel
por el desierto, en que es puesto a prueba (Dt 8,2ss) y cae; pero allí donde el pueblo fue vencido,
Jesús va a vencer al tentador y hará a sus discípulos partícipes de su victoria; al final del
evangelio, durante la última cena les dirá: “Ustedes son los que perseveraron conmigo en mis
pruebas” (Lc 22,28).
Las tentaciones se presentan en número de tres como signo de algo acabado y definitivo: el
diablo tienta, y Jesús vence cada tentación y responde con la Escritura.  La primera y la última
tentación comienzan con el cuestionamiento del diablo: “si eres el Hijo de Dios” (v.3.9)…  Jesús
es el Hijo; lo había confirmado el Padre en el bautismo: “Tú eres mi hijo” (3,22).  Ahora el diablo
quiere tentar a Jesús en su identidad, en su relación de filiación y confianza total con el Padre. En
la segunda tentación aparece el tema del poder, adorar al diablo para recibir el poder. El diablo
pretende que se le considere a él como un poder alternativo.
En la tercera tentación, habiendo sido vencido con la Escritura, también el diablo la emplea
citando el Salmo 91,11-12, pero Jesús no se deja manipular; no es el conocimiento o el uso de la
Escritura lo que tiene valor, sino el poner en práctica lo que esta dice.
Al final, Lucas dice que el diablo lo deja “hasta el tiempo oportuno”. Este vendrá en la cruz, donde
el diablo cree que vence, pero será definitivamente vencido por la entrega confiada del Hijo.
2. MEDITACIÓN
¿Qué me dice el Señor a mí en el texto?
Comencemos este tiempo de cuaresma recordando las palabras de  nuestro Santo Padre
Benedicto XVI
“Jesús antepone a los criterios humanos  el único criterio auténtico: la obediencia, la
conformidad con la voluntad de Dios, que es el fundamento de nuestro ser. También esta es
una enseñanza fundamental para nosotros: si llevamos en la mente y en el corazón la Palabra
de Dios, si entra en nuestra vida, si tenemos confianza en Dios, podemos rechazar todo tipo
de engaños del Tentador. Además, de toda la narración surge claramente la imagen de Cristo
como nuevo Adán, Hijo de Dios humilde y obediente al Padre, a diferencia de Adán y Eva, que                        


en el jardín del Edén cedieron a las seducciones del espíritu del mal para ser inmortales, sin
Dios.
La Cuaresma es como un largo "retiro" durante el que debemos volver a entrar en  nosotros
mismos y escuchar la voz de Dios para vencer las tentaciones del Maligno  y encontrar la verdad
de nuestro ser. Podríamos decir que es un tiempo de  "combate" espiritual que hay que librar
juntamente con Jesús, sin orgullo ni  presunción, sino más bien utilizando las armas de la fe, es
decir, la oración, la  escucha de la Palabra de Dios y la penitencia. De este modo podremos llegar
a  celebrar verdaderamente la Pascua, dispuestos a renovar las  promesas de nuestro
Bautismo”
1
.
¿Cómo enfrentas a diario la  tentación?  ¿Cómo te sientes  cuando vences  ? ¿Te has sentido
desanimado cuando no salen las cosas bien?
3. ORACIÓN
¿Qué le respondo al Señor que me habla en el texto?
La confianza en  el Padre y la entrega a Él le dieron fuerza a  Jesús para vencer la  tentación,
nosotros aun mas debemos confiar al Padre nuestras acciones para que el obre.
Sigue actuando sobre mí, Señor,
Remodelándome,
Aunque yo me resista.
!Qué atrevido pensar  que tengo yo mi llave!
!Si no sé de mí mismo!
Si nadie, como Tú,
puede decirme lo que llevo en mi dentro.
Ni nadie hacer que vuelva de mis caminos
que no son como los tuyos.
Sigue curvando sobre mí, tallándome,
aunque a veces de dolor te grite.
Soy pura debilidad -Tu bien lo sabes-,
tanta, que, a ratos
hasta me duelen tus caricias.
Lábrame los ojos y las manos,
la mente, la memoria
y el corazón,- que es mi sagrado.,
al que no te dejo entrar cuando me llamas.
Entra, Señor, sin llamar, sin permiso.
                                                         
1


Tu tienes otra llave, además de la mía,
que en mi día primero, Tu me diste,
y que empleo, pueril, para cerrarme.
Que sienta sobre mí tu "conversión"
y se encienda la mía del fuego de la Tuya,
Que arde siempre, allá en mi dentro.
Y empiece a ser humano.
a ser humano,
a ser persona
(P. IGNACIO IGLESIAS, SJ)
4. CONTEMPLACIÓN
¿Cómo hago propias en mi vida las enseñanzas del texto?
El evangelio de hoy nos muestra que definitivamente no son las fuerzas humanas las que nos
ayudan a salir victoriosos de las tentaciones. Es el Señor, su fuerza y su amor quien nos permite
ser cada día mejores. Digamos confiadamente:
“Solo tu Señor me ayudas a vencer la tentación”
5. ACCIÓN
¿A qué me comprometo para demostrar el cambio?
Ahora después de escuchar y meditar el evangelio, de sentir a Dios mismo que te habla
pregúntate:
¿Has pensado que cosas quieres mejorar en esta cuaresma que comienza? ¿Qué me hace falta
para vencer la tentación? ¿Cuáles serán mis compromisos cuaresmales?
“Convertirse significa no buscar el éxito personal
—que es algo efímero—, sino,
abandonando toda seguridad humana,
seguir con sencillez y confianza al Señor”.

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